Los acuerdos políticos fallaron una vez más en el Concejo Deliberante, con una nueva sesión que fue interrumpida por mujeres del colectivo trans. Si bien las personas trans vienen reclamando sistemáticamente que se trate el proyecto de repudio a la funcionaria municipal acusada de discriminar a Carla Heredia, el disparador de esta sesión fue un proyecto de la oposición, pidiendo declarar de interés cultural el espacio Weye, donde funciona una escuela digital para personas trans y se brindan otras actividades de apoyo a esta comunidad.

“Hay temor en la sociedad por el destino de Weye. Hay temor de que el Gobierno decida restringir los espacios en donde se promueven y se protegen los derechos humanos”, dijo Alejandro Cordido, el concejal opositor que está volviendo locos a los del oficialismo con sus larguísimas alocuciones.

Durante este debate, la concejala Agustina Gatto se percató de que se les había prohibido el ingreso al recinto a las personas trans que habían ido a presenciar la sesión, algo prácticamente inédito en la historia del Concejo. “Es discrecional de la presidenta quien ingresa y quien no”, dijo Gatto, quien señaló que “ya es de una manera extrema y reiterado la discriminación que vienen sufriendo (las personas trans por parte) del bloque oficialista”.

Aparentemente, la excusa era que todos los lugares del recinto estaban ocupados. Al respecto, Cordido señaló que los asientos estaban ocupados por los asesores de los concejales y que tranquilamente les podían pedir que se retiraran para darle lugar a las personas del colectivo. Eventualmente, las mujeres entraron y Cordido pidió que se les de la palabra, como casi siempre se hace cuando se trata algún proyecto de declaración en el Concejo, permitiendo que personas relacionadas al tema hablen sobre el mismo.

Obviamente, la presentación de este proyecto se puede tomar como una provocación por parte de la oposición. Provocación en la que el oficialismo cayó, o eligió caer, de lleno, ya que usó su mayoría para no permitir que las mujeres trans hagan uso de la palabra, desencadenando la furia de las mismas, quienes comenzaron a los gritos, como en sesiones anteriores.

Como en una sesión anterior la presidenta del Concejo, Agustina Arancibia Rodríguez, intentó desalojar a las personas del colectivo mediante el uso de la fuerza policial y los concejales de la oposición se lo impidieron, esta vez optó por hacer de cuenta que no estaban ahí.

El tratamiento de este proyecto terminó con un giro, en primer lugar, a la comisión de la Mujer y luego a la de Legislación e Interpretación; pero las personas trans no se retiraron del recinto y continuaron con sus gritos y reclamos. Cuando se pasó al siguiente tema del orden del día, la creación de un Fondo Especial para Actividades Integrales de Emergencia (FEAIE), Cordido pidió la palabra y comenzó su alocución, pero se callaba cada vez que alguien gritaba, lo que enfureció a Arancibia Rodríguez, quien una vez más perdió el control de la sesión. “Me resulta muy difícil seguir y hacer de cuenta que no están presentes las compañeras”, dijo Cordido, enfureciendo a Arancibia esta vez con su silencio y no con una de sus eternas alocuciones. “No me pida que yo también le ponga un bozal a las compañeras”, respondió Cordido cuando la presidenta lo llamó al orden una vez más, a lo que el opositor agregó que lo que estaba haciendo “es un tanto extorsivo”.

El tratamiento de este tema terminó con el pase de este proyecto a la comisión de Hacienda y Presupuesto, y luego a la de Legislación e Interpretación, y con las mujeres trans que seguían presentes y reclamando. Por ello, el presidente del bloque oficialista, Mario Silvestri, pidió que se vote la realización de un cuarto intermedio, pero antes de eso solicitó la aplicación del artículo 134 del Reglamento Interno, el cual le permite al presidente prohibirle el uso de la palabra a un concejal que ha sido llamado 3 veces al orden. O sea, Cordido. Ambas cuestiones fueron aprobadas con los votos del oficialismo y se pasó al cuarto intermedio, del cual los oficialistas nunca volvieron.

De este modo terminó una nueva sesión del Concejo Deliberante. Una vez más, fracasó la política, ya que ambos espacios demostraron que no están dispuestos a ceder ni un paso con respecto a esta polémica trans para así poder enfocarse en los problemas de una ciudad que está atravesando uno de sus peores momentos.