Este jueves por la noche, una mujer de 51 años de edad se hizo presente en la Comisaría Seccional 3° de la ciudad de San Luis e hizo entrega de un ejemplar de mono carayá.
La mujer manifestó que había encontrado al animal en el sector de la medianera de su domicilio, en el barrio 544 Viviendas, el pasado lunes 23 de diciembre por la tarde noche. De acuerdo al relato de la mujer, el mono tenía collar y se mostraba domesticado, ya que comenzó a acercarse a los integrantes de la familia sin demostrar signos de temor o agresión.
En ese sentido, la mujer comentó que no estaba en sus planes adueñarse del ejemplar e hizo entrega del mismo. Además, afirmó que desconocía de dónde podía provenir el mono o si algún vecino pudo haber sido el dueño.
Una vez realizado el escrito correspondiente, efectivos de la mencionada dependencia dieron aviso de la situación al personal de la Policía Ecológica y Ambiental, quienes se hicieron presentes en la comisaría para poner al resguardo al ejemplar de mono carayá. Cabe señalar que en el lugar también se hizo presente personal de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Provincia, desde donde se manifestó que el animal será trasladado al Centro de Conservación de Vida Silvestre ubicado en La Florida.
El mono ya ingresó al Centro de Conservación de Vida Silvestre
La Secretaría de Estado de Medio Ambiente informó que el mono ya se encuentra al resguardo del Centro de Conservación de Vida Silvestre. Además, dio a conocer que los monos son traídos ilegalmente para ser vendidos como mascotas, la crueldad de la captura incluye matar a la madre y a varios adultos del grupo familiar, que al ser animales muy sociales defienden a las crías entre todos. Otra de las crueldades que atraviesan los monos al ser capturados es ser manipulados con alcohol, para que se duerman y poder transportarlos con facilidad.
Generalmente son trasladados escondidos en huecos del motor, atados o en recipientes muy pequeños. La mayoría de los monos capturados mueren durante el transporte, tanto por las condiciones (espacio, temperatura, falta de alimento) en que se hace, como por el estrés y la depresión que les causa la separación de su madre y su grupo familiar.
El estrés, el trauma y el miedo suelen llevar a que desarrollen comportamientos agresivos, por lo que es común que la gente los tenga atados o enjaulados. Su apariencia hace que la gente que los tiene los trate como niños, poniéndoles ropa y dándoles alimentos (golosinas, yogurt, chocolates, etc.) que no solo no corresponden para nada con su dieta natural, sino que son muy perjudiciales para ellos, causándoles daño hepático, obesidad y hasta adicciones. Algunos de los monos que ingresaron al Centro de Conservación de Vida Silvestre (CCVS) eran tenidos como mascotas, otros estaban siendo transportados para su venta ilegal.
Estos animales permanecen el menor tiempo posible en el CCVS, ya que debido al carácter altamente social de la especie, sufren mucho la soledad y es habitual que desarrollen cuadros de depresión que pueden llevarlos a la muerte en poco tiempo.
Los monos Carayá son los primates más australes del mundo, se los conoce también como monos aulladores. Habitan en grupos, en áreas de bosque y montes del noreste argentino. Si bien aún no aparecen en las listas de especies amenazadas, tienen dos grandes problemas en nuestro país: la disminución de sus ambientes naturales: la tala indiscriminada de los montes y el avance de la frontera agrícola, especialmente del cultivo de soja, provocan que día a día el Carayá, junto a otras especies, se queden sin sus hábitats naturales, y a nivel mundial, es una especie considerada de difícil mantenimiento en cautiverio, ya que no se adaptan ni reproducen en zoológicos, y en cautiverio no suelen sobrevivir los dos años.