
Este miércoles, Paola y Celeste, dos de las mujeres que denunciaron a Jonathan Raúl Andrada Villagra por violencia de género y abuso, se manifestaron frente a los Tribunales de la ciudad. Lo hicieron para exigir que se rechace el pedido de prisión domiciliaria presentado por la defensa del acusado, quien permanece detenido tras varias denuncias en su contra.
Paola, una de las principales denunciantes, relató cómo se ha convertido en un referente para otras víctimas de Andrada Villagra. “Yo me contacté con muchas chicas, ya que soy la que sube las historias en los grupos. Muchas mujeres, e incluso hombres, me escriben, pero no se animan a denunciarlo”, explicó Paola, al referirse a la extensa red de víctimas del acusado. Según la mujer, el temor y las amenazas de Andrada Villagra han mantenido en silencio a muchas de las víctimas, que temen represalias. “Él siempre decía ser sobrino de (la fiscal Virginia) Palacios, y quien lo encubre también es su madre, que estaba al tanto de todo lo que nos hizo a todas”, agregó Paola, relatando cómo la madre del acusado incluso intervenía en las agresiones físicas que sufría, “cuando me golpeaba, la madre venía y me pegaba con la gotita a la cabeza, donde me dobló un dedo, y ella me sobaba la parte”, contó, visibilizando la violencia familiar que acompañaba sus sufrimientos.
El miedo de Paola, como el de muchas otras víctimas, es que Andrada Villagra sea liberado. “Pidieron la prisión domiciliaria y nosotros tememos que salga”, señaló, resaltando que ya hay un número importante de mujeres que han compartido experiencias similares. “En total tengo 30 personas que se han contactado conmigo”, relató, agregando que desde el caso de Celeste, la última víctima que dio a conocer su situación, comenzó a hacer publicaciones en redes sociales buscando a otras mujeres.
En cuanto al nombre del acusado, Paola detalló que Jonathan Raúl Andrada Villagra, a quien muchas de las víctimas identifican como “Jonás”, se hace llamar así en redes sociales y fuera de su entorno cercano, debido a su desagrado por su nombre real. “Se hace llamar Jonás, porque no le gusta el nombre de él realmente”, explicó Paola, quien también destacó que Andrada Villagra no tiene una ocupación fija y depende económicamente de su madre, lo que refuerza la imagen de un hombre que manipula a su entorno para encubrir su comportamiento violento.
Celeste, quien también fue víctima de Andrada Villagra, compartió su experiencia. “Fue en una discusión, él no me dejaba salir de su casa y me empezó a golpear, dándome cabezazos hasta pegarme en el ojo”, recordó, visiblemente afectada. La violencia a la que fue sometida le dejó secuelas físicas, y explicó cómo tuvo que esperar a que él se durmiera para poder enviarle la ubicación a su familia y que la fueran a rescatar. “No me dejaba salir, me quitó el celular”, relató. Celeste denunció a Andrada Villagra en octubre, y actualmente está detenido por su caso.
Al igual que Paola, Celeste también expresó su temor por la posibilidad de que el acusado obtenga prisión domiciliaria. “Está pidiendo la domiciliaria, cosa que no va a respetar, porque nunca ha respetado ni siquiera una perimetral de ninguna”, señaló, refiriéndose a las medidas de restricción que se le impusieron en varias ocasiones, pero que Andrada Villagra violó en reiteradas oportunidades. “Tiene varias perimetrales, todas las violó”, añadió.
Ambas mujeres coinciden en que el sistema judicial ha sido complaciente con Andrada Villagra, lo que ha generado un sentimiento de impunidad. “Creo que tiene impunidad desde la justicia”, expresó Celeste, quien subrayó que el miedo de las víctimas no es infundado. “Él no nos dejaba salir de la casa, nos tenía encerradas”, agregó. Mientras tanto, las víctimas siguen esperando que el sistema judicial actúe con firmeza y rechace el pedido de prisión domiciliaria que podría permitir a Andrada Villagra salir de la cárcel y continuar con su ciclo de abuso.