“A mi me dolió en el alma. Siete pibes, uno fallecido, otro con discapacidad, una mamá sin laburo, en situación de vulnerabilidad y violencia de género, que vivía en una tapera. Vendió la casa. Es una vergüenza”, dijo Ponce, en relación a una de las familias que vendió su vivienda social. “¿No te gustaría tener una casa de esas? 75 m2, tres dormitorios, equipada, cocina, mobiliario, un patio de 10 x 25. Llevamos los servicios. ¿Cómo puede ser? Vivías en la tierra, tenés 6 pibes en situación de vulnerabilidad y vendés la casa”, agregó el Intendente.
A raíz de este episodio, Ponce ha tomado dos decisiones, empezando, obviamente, por la desadjudicación de las viviendas que fueron vendidas. “Ya fuimos, hicimos las actuaciones, sacamos un acta, y ahora vamos a proceder a las desadjudicaciones”, dijo el Jefe Comunal.
La segunda decisión tiene que ver con replantear el proceso de adjudicación que está llevando adelante el municipio, más aún cuando, prometió Ponce, unas 50 casas se estarían entregando en breve, a las que se sumarían 500 más a fin de año.
“No entrego una sola casa más hasta no hacer un censo nuevo. Vamos a cruzar bases de datos, vamos a hacer lo que tengamos que hacer. Quizás nos faltó chequear más. Entonces yo voy a chequear más ahora. Quiero que el trabajador social vaya a la casa donde dice que vive, ver la situación de hecho con la pareja, que muchas veces no están casados y tienen otra casita”, dijo el Intendente, quien además manifestó que se aplicara el sistema de impugnaciones cuando se difundan las listas de adjudicatarios.