El conflicto interno que estalló la semana pasada en la Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia sumó este domingo un nuevo capítulo: el rector de la Universidad Nacional de San Luis, Raúl Andrés Gil, publicó una carta abierta en sus redes sociales en la que fijó una posición institucional sobre el caso que enfrenta al profesor responsable del curso Biología Molecular e Ingeniería Genética, Darío Ramírez, y al jefe de trabajos prácticos de la misma materia, Leonardo Seguín.

La intervención del rector se produjo luego de que el decano de la facultad, Sebastián Andujar, emitiera una resolución formal en la que dejó asentado que el profesor responsable no puede eliminar contenidos mínimos del programa ni del material de trabajos prácticos, y dispuso elevar el caso al Consejo Superior para su tratamiento en la Comisión de Derechos Humanos, Género y Discriminación.

En su carta abierta, Gil sostuvo que siente “la profunda necesidad de expresarse” por tratarse de un hecho que no puede ser ignorado dentro de la universidad. Señaló que existe un deber ético, moral y político de fijar un mensaje claro, y definió su postura a partir de dos ejes centrales: el valor científico y social del índice de abuelidad y el rol histórico de los derechos humanos dentro de la UNSL.

El rector recordó que el índice de abuelidad es un desarrollo científico con bases objetivas, sin lugar para “dos verdades” ni interpretaciones libres, y destacó que permitió la identificación de 140 nietos y nietas a través del trabajo del Banco Nacional de Datos Genéticos y Abuelas de Plaza de Mayo. También subrayó que uno de los científicos clave en ese desarrollo, Víctor Penchaszadeh, fue reconocido en 2022 por la propia UNSL con el Premio Mauricio López, en memoria del primer rector de la universidad, desaparecido durante la última dictadura militar.

Gil afirmó que los derechos humanos constituyen una piedra fundacional de la UNSL y recordó la tradición reformista de la institución. En ese sentido, afirmó que no acompañará “censuras, negacionismo ni abusos de autoridad” y que la universidad pública es un espacio donde se enseña, se discute y se produce conocimiento, con tolerancia hacia quienes piensan distinto.

El comunicado también señala que los estudiantes deben tener acceso a contenidos y testimonios vinculados a la historia reciente del país cuando son pertinentes a los contenidos curriculares, y remarca la importancia de la libertad de expresión dentro de la comunidad universitaria. Por último, el rector garantizó que el tratamiento del caso se realizará mediante el debido proceso, de manera colegiada, en el ámbito del Consejo Superior.

A continuación, la carta abierta completa difundida por el rector:
“Siento la profunda necesidad de expresarme ante los hechos ocurridos en el contexto del curso Biología Molecular e Ingeniería Genética de la Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia, donde dos docentes de la UNSL desacuerdan sobre un tema a dictar en una asignatura, imponiéndose finalmente la postura del responsable de la materia.

“Entiendo que, para nuestra Institución, este no es un tema menor ni algo que pueda ser ignorado. Tengo el deber y la responsabilidad ética, moral y política de dar un mensaje claro y firme.

“Explicaré mi postura desde dos argumentos centrales:

“En primer lugar, el tema de fondo —índice de abuelidad— no admite que haya dos verdades. Esta cuestión no da lugar a lecturas subjetivas, ni libres interpretaciones. Estamos frente a un desarrollo científico con bases objetivas y consensuadas, fruto de mucho trabajo científico riguroso.

“La oscura etapa de la dictadura militar generó una herida en nuestro país que aún hoy, a meses de cumplirse 50 años del Golpe de Estado, todavía no sana y marcó a fuego a varias generaciones.

“Este desarrollo de la genética permitió que 140 nietos y nietas fueran encontrados por la Fundación Abuelas de Plaza de Mayo, y representa un logro de la ciencia aplicada con un profundo compromiso social, reconocido en el mundo.

“De hecho, uno de los científicos clave en este desarrollo, el Dr. Víctor Penchaszadeh, fue reconocido en diciembre de 2022 por nuestra Institución con el Premio Mauricio López, lo que reafirma el compromiso histórico de la UNSL con esta causa.

“No tengo dudas de que ha sido un aporte para la recuperación de la identidad y la reconstrucción de historias familiares arrebatadas por la violencia y el terrorismo de estado.

“En segundo lugar, los derechos humanos constituyen una piedra fundacional de la UNSL. Nuestro primer rector, aún desaparecido, nos recuerda que la tibieza en estos temas nunca ha sido el camino de los comprometidos con las luchas colectivas y con los dolores de los demás.

“La Universidad Nacional de San Luis es una Universidad Reformista y, consecuentemente, es preciso dejar absolutamente claro que personalmente no apoyaré censuras, no apoyaré negacionismo, ni apoyaré abusos de autoridad.

“Porque la universidad pública argentina enseña, discute y produce conocimiento. Es mi convicción que debe haber tolerancia por el que piensa distinto. El camino de censurar conocimiento no es el correcto.

“En nuestra Institución conviven y deben tolerarse todas las miradas y las posiciones políticas, en un marco de estricto respeto por la democracia, los derechos humanos y la libertad de expresión.

“Nuestros estudiantes merecen tener a su alcance temas y testimonios de lo que ocurrió en nuestro país, especialmente cuando son pertinentes a los contenidos curriculares y contribuyen a forjar en ellos un espíritu crítico que, sin dudas, redunda en libertad.

“Por todo esto, y por la responsabilidad que me inviste, me comprometo a garantizar el debido proceso en el tratamiento del caso, que se hará colegiadamente por el Consejo Superior y las comisiones que deban asesorar a dicho cuerpo”.