Este jueves, 216 familias de la ciudad de San Luis recibieron las llaves de sus viviendas de los planes Progreso y Sueños, en una nueva entrega realizada en la zona sur de la capital. La mayoría de los adjudicatarios se inscribió en 2011 y esperó más de una década para acceder a las casas.

Durante el acto, el gobernador Claudio Poggi les dijo a los adjudicatarios que ese día se encontraban allí 216 familias “que ven hecho realidad el sueño de la casa propia”. También señaló que para él se trataba de “una alegría compartida”, porque cada familia accedía finalmente a su vivienda y, desde el lado oficial, porque podían “honrar la palabra empeñada”.

Más allá de las referencias oficiales al cumplimiento de promesas, lo que predominó en la tarde fueron los relatos de quienes atravesaron años de reclamos, trámites sin respuesta y una larga cadena de frustraciones.

Relatos de una espera que se extendió por 14 años
Laura Aguilar recibió su casa después de un trámite que inició en 2011. Recordó que, durante un tiempo, le ofrecieron firmar la devolución del dinero. “Me querían hacer firmar para devolverme el dinero. No quise, me enojé, les dije que no y me fui. Ahí fue cuando perdí mis esperanzas”, dijo Aguilar. También contó que estuvo a punto de tirar las boletas del plan, pero su hijo mayor le pidió que las guardara: eran la prueba de que había cumplido con cada pago. Tras recibir las llaves, expresó que hoy puede proyectar con sus hijos y dejarles algo propio.

Andrea Ponce también formó parte del grupo que atravesó años de incertidumbre. “En un principio nosotros lo teníamos ya por perdido, porque fue algo que no pensábamos que íbamos a llegar a lograr. Ahora estamos felices porque pudimos conseguirlo”, señaló. Su objetivo inmediato será dejar de alquilar y estabilizar su economía familiar.

Un proceso que llega a su fin
En su mensaje, Poggi marcó que este viernes se completaría la totalidad de las viviendas pendientes del anterior registro de inscriptos y recordó que “hoy reciben la llave de la casa y es un antes y después para las familias”, dijo el gobernador.

También mencionó la puesta en marcha del nuevo plan Tenemos Futuro, tras una inscripción que reunió —según detalló— a 65 mil familias. Allí agregó que el Ejecutivo dictó la Ley de Emergencia Habitacional para destinar la mitad de los recursos de obra pública a viviendas, señalando que la cuota mensual de los adjudicatarios será un aporte clave para continuar con la construcción de unidades habitacionales.

Mientras los discursos avanzaban, las familias continuaban entrando y saliendo de sus nuevas casas, levantando persianas, revisando instalaciones o simplemente sentándose un rato en la puerta para tomar dimensión del momento. Para muchos, la jornada significó cerrar una etapa cargada de reclamos y abrir otra que recién empieza a desplegarse entre cajas, garajes llenos y chicos jugando en nuevas calles.