Abandonó a un anciano en silla de ruedas en la puerta del sanatorio Ramos Mejía

Una cámara de seguridad evidenció que un anciano en silla de ruedas fue llevado por una persona a la puerta del sanatorio Ramos Mejía y fue abandonado en la puerta este miércoles a las 8 de la mañana. Pasaron 11 horas hasta que vecinos del anciano lo fueron a buscar

“Dejan a un señor en silla de ruedas en la puerta del sanatorio. Pasó el tiempo y la gente de seguridad al ver al abuelito solo, al lado del árbol de la entrada del sanatorio, le pregunta si necesitaba ayuda, por qué estaba ahí solito. Explica que el cuidador, cuidadora que lo traía fue a comprar unas galletitas y volvía”, contó Esteban Quiroga, coordinador del PAMI del sanatorio a la periodista Ayelén Britos.

El anciano abandonado se llama Jacinto Rosales de 71 años. Fue llevado al sanatorio para que se le hiciera el cambio de una sonda que tiene para tratar una infección urinaria. Quiroga señaló que el problema fue que no se lo pudía ingresar a la guardia sin una persona que lo acompañara por si tenía que quedar internado. “Alguien se tiene que hacer responsable de ese paciente. Autorizo que entre a la guardia de todos modos”, dijo.

Pasaron las horas y a las 15, Quiroga vio que Rosales estaba en el hall del sanatorio mirando televisión. Le preguntó si había tomado agua y había comido. El anciano respondió que no y que tenía apetito. Quiroga solicitó al personal de cocina que le preparara una comida y lo llevó a su oficina para que comiera.

El coordinador contactó a una jueza, quien a su vez avisó a la Comisaría Primera. Como el caso se hizo público en las redes sociales, vecinos del anciano fueron al sanatorio a buscarlo a las 19 horas.

“Los vecinos lo buscaron. Automáticamente, vino la Policía para que le dijeran dónde estaba alquilando este señor y se fueron con los vecinos para recabar algún tipo de información”, manifestó Quiroga.

Por otra parte, contó que Rosales no tiene hijos y que estuvo hace un tiempo en un geriátrico que cerró. La cuidadora que lo llevó al sanatorio trabajaba en ese geriátrico, según le contó el anciano. El hombre de 71 años alquila un “lugar muy precario lleno de cartones decía él”, de acuerdo con el coordinador.

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