“Nos comunicaron, de una forma muy abrupta, que ya no podíamos usar las instalaciones y quedábamos todos afuera. Y a los talleristas que no estaban ahí en ese momento directamente no les dijeron nada. Van a ir hoy (por ayer) y se van a llevar esta ingrata sorpresa. Lo consideramos una tota falta de respeto, y por sobre todo viniendo de la cultura. Queremos que el señor Gobernador de las injusticias que estamos viviendo desde hace rato con lo que respecta a los jerarcas de la cultura, uno de ellos el señor Daniel Algarbe y el señor Gustavo Romero Borri. Si ellos están en el Ministerio de las Culturas, deberían saber las formas de comunicación”, comentó Silvia Becerra, profesora de fitness.

Según explicaron Silvia y Jorge Chocobar, quien dicta un taller integrador de salsa, ellos no eran becados, sino que por cada 10 cuotas debían abonar una al Gobierno por el uso de las instalaciones, las cuales, comentaron, dejaban mucho que desear. “Hasta tubos de luz hemos tenido que cambiar, o arreglar un artefacto eléctrico. Yo trabajo con personas con discapacidad, que tienen muchos problemas respiratorios y, en el invierno, porque las puertas y ventanas tampoco funcionan bien, teníamos mucho frío y los chicos tenían que trabajar con buzo, en muy malas condiciones”, contó Jorge.

Ambos profesores recordaron que en junio del año pasado comenzó este proceso de deshacerse de los talleristas, ya que se promulgó el decreto para la construcción del museo audiovisual que llevará a cabo la firma cordobesa Vimeco. “Como llegaron las elecciones, creo que fue por eso que no nos corrieron, porque necesitaban votos. Pero muchos se fueron. Los que no tienen alma de guerreros quedaron flotando en el aire y abandonaron”, recordó Silvia, quien, sin pelos en la lengua, aseguró que han sido tratados “como excremento”.

Sin embargo, y por más pelea que hayan dado, este martes llegó el aviso de que al día siguiente debían dejar de dictar sus talleres en el BAS de una vez por todas. Lo que nunca llegó fue una propuesta para que los puedan dictar en algún otro lado, especialmente si se tiene en cuenta que los profes cobran a sus alumnos una cuota mínima, que no les permitiría de ninguna manera alquilar un costoso local, menos aún uno tan céntrico como el del BAS.

Por el momento, la única propuesta que el Gobierno le ha hecho a los talleristas consiste en participar de un llamado a concurso para, con suerte, poder dictar sus talleres en la flamante Casa de las Culturas. “Se va a armar una posibilidad que tienen todos los artistas de presentar sus propuestas, va a ser una convocatoria pública, con un jurado evaluador, y se les va a dar la posibilidad, en forma gratuita, de utilizar los espacios”, explicó Daniel Algarbe (foto), jefe del Programa de las Culturas, quien, sin embargo, se vio forzado a reconocer que “los espacios allí son limitados” y que “algunos obviamente quedarán afuera”.

Justamente, lo limitado de los espacios es uno de los aspectos que más preocupa a los talleristas. “Esas salitas son de 3 x 3, no sirven para todo lo que es la danza, el fitness, el taller de decoración ni el de pintura porque tampoco tenés buena ventilación porque no tenés ventanas. Ese lugar solo sirve para hacer exposiciones de cuadros”, señaló Silvia, quien además cree fervientemente que los reducidos espacios van a terminar siendo utilizados por los allegados al Gobierno “de siempre”.

En la reunión que se realizó en la tarde ayer, de la que participaron los talleristas y muchos de los padres de los jóvenes discapacitados que concurren habitualmente al BAS, Algarbe prometió ir en la mañana de hoy a ver posibles “espacios” donde se podrían dictar talleres como el integrador de salsa. De todos modos, cuando se le pidió al funcionario que especificará cuáles son esos “espacios”, Algarbe dejó bien en claro que,
al fin y al cabo, la única opción es la Casa de las Culturas.

“Me voy con mucha bronca. Así tengamos que cortar la calle y dar la actividad en la calle, lo vamos a hacer”, concluyó el profesor Chocobar, desconfiando plenamente de la propuesta gubernamental.