La mujer afirmó que una noche la encontró inconsciente en el piso, mientras que el hombre negó ser el padre.

En horas de la mañana de ayer, el Tribunal de la Cámara Penal Nº 2 de la Ciudad de San Luis, dio continuidad al debate oral del Caso Guadalupe, en el que Miguel Ángel Riquelme y su pareja, Alejandra Videla, están acusados de homicidio, mientras que Débora Di Falco, la madre de la niña asesinada en 2010, está procesada por abandono de persona. 

El día de ayer, declararon Humberto Núñez, presunto padre de Guadalupe,-, y Julieta Lourdes Tesntracoste, una joven que vivió en la casa de los imputados cuando la niña estaba viva. A su vez, cabe aclarar que Débora Di Falco estaba citada la madre para prestar declaración, al igual que la hermana de Riquelme, Marta Cabral, pero ambas se ausentaron.

Llamada a declarar, Tentracoste relató que, en el año 2010, habiendo arribado de Mendoza, vivió 21 días, junto a su pareja, en la casa de Riquelme y Videla. Según contó, conoció a los imputados en la feria de ropa, donde éstos les ofrecieron alquilarles un cuarto en su vivienda, a cambio de que ella cuidara a los menores y que su pareja ayudara a Riquelme en tareas metalúrgicas. Sin embargo, al poco tiempo decidieron irse porque “a Guadalupe la maltrataban mucho psicológicamente, la retaban todo el tiempo y a veces no le daban de comer”, y “le decían constantemente que no servía para nada y que su madre la había abandonado”.

Consultada por el tribunal sobre la autoría de este maltrato, la testigo sostuvo que era por parte de los dos. “Una vez me quedé sola con Guadalupe, y ella me pidió que si me iba la llevara conmigo”, afirmó. Además, sostuvo que pudo ver que tenía muy lastimada las manos y la boca y que, cuando le preguntó, ésta le dijo que se los hacía ella porque “estaba nerviosa y no tenía a su mamá”.

Sin embargo, dos días antes del fallecimiento de Guadalupe, alrededor de las 3 de la mañana, declaró que encontró a la niña tirada en el piso, inconsciente. Ante ello, llamó a su pareja y le hicieron respiración boca a boca, hasta que reaccionó. De todos modos, Videla y Riquelme no la dejaron llamar a la ambulancia y le dijeron que “si se metía iba a terminar mal”. El día en que falleció Guadalupe, la testigo afirmó que estuvo en la casa hasta el mediodía, pero sostuvo que no notó nada anormal. Al regresar, a las 17 hrs., fue, según su testimonio, cuando se enteró de la muerte de la menor. Dos días después del hecho, regresó a Mendoza.

Ante la pregunta del fiscal Fernando Rodríguez sobre los “baños” que le daban a Guadalupe, afirmó que en varias ocasiones pudo observar que la introducían desnuda en un tacho que se encontraba en el patio. Ante una consulta realizada por la defensora de Videla, la testigo afirmó que “Guadalupe me contó que Riquelme le había agarrado la mano y se la había colocado en las partes genitales”. Además, agregó que en varias ocasiones pudo escuchar los gritos de Guadalupe cuando le pegaban.

Cuestionada sobre los motivos por los cuales nunca hizo una denuncia policial por lo ocurrido antes de la muerte de Guadalupe, la testigo afirmó que “yo quería hacer algo por ella, no se merecía lo que le hicieron, pero tenía miedo”.

Por su parte, Humberto Núñez, presunto padre de Guadalupe, de 74 años, sostuvo que a Débora la conocía del barrio, pero que tenían solo una relación de amistad, en donde, según palabras del testigo, creció un sentimiento de cariño. Consultado por la Dra. Sartor, el testigo sostuvo que “la conocí a Débora cuando tenía alrededor de veinti-pico de años”. Ante la aclaración de la Dra. Sartor, de que Débora actualmente tiene 22 años, sostuvo que nunca le preguntó la edad, y que la conoció siendo ya madre. “No se si me enamoré de Débora, no lo podría precisar”, sostuvo, y aclaró que en la joven encontró un refugio,
un apoyo, y que con ella podía charlar y sentirse bien.

Ante la posibilidad de que él sea el padre, Núñez afirmó que “hace por lo menos diez años” que no puede “funcionar”. Además, agregó que siempre que podía la ayudaba económicamente, pero que lo pasional era solo de palabra, ya que “nunca pasó nada carnal con ella”. Consultado por su presunta paternidad con respecto a Guadalupe, afirmó que “tiene mil dudas”.