En medio del reclamo de los trabajadores despedidos, llegó a la Municipalidad el secretario de Hacienda, Esteban Pringles, quien fue interceptado por Mario Miguel Funes, quien hasta ayer se desempeñaba en el área de Estacionamiento Medido. No solo eso, sino que Funes trabajó arduamente durante la campaña para intendente de Enrique Ponce y hasta fue “torturado” luego de escrachar a Alberto Rodríguez Saá en la Villa de la Quebrada, allá por 2011.
Tras ser interceptado, Pringles intentó ingresar al edificio municipal, por la puerta ubicada en calle San Martín, lo más rápido posible, pero Funes no se quitaba de su camino. Eventualmente, el funcionario logró abrir la puerta de entrada, momento en que el ex empleado municipal tiró la primera trompada y se armó la piñadera, ya que Pringles no dudó ni un segundo en responder con varios golpes propios.
Los golpes fueron y vinieron a lo largo y ancho del corto pasillo, hasta que Funes y Pringles llegaron al hall del edificio. Allí, Funes fue finalmente contenido por personal de a Dirección de Tránsito, quien logró sacarlo del edificio. A pesar de que fue él quien tiró la primera piña, el ex empleado municipal inmediatamente se dirgió a la Comisaría Primera a radicar una denuncia en contra de Pringles, quien, por su parte, subió al primer piso del edificio municipal y se reunió con Ponce.
Al momento de escribir estas líneas, el único funcionario que había dado la cara fue José Pereyra, director de Tránsito, quien comentó que Funes (foto) pertenece a un grupo de ocho personas del área de Estacionamiento Medido a las que no se les renovó su contrato debido a “faltas reiteradas y bajas recaudaciones”. “Han sido apercibidos en varias oportunidades y sin embargo continuaron en la misma tacitura de trabajo. Por ende se tomó la decisión de no renovarles el contrato a estas ocho personas”, dijo el funcionario, asegurando que, a su vez, “en forma inmediata se solicitan nuevas altas”.
En cuanto a las bajas recaudaciones, el directo comentó que no cree que la misma se deba a robos por parte de los empleados, sino, según dejó a entender, a que no les interesa cumplir con su tarea como corresponde. “Se los va rotando en forma permanente y se les va haciendo una medición del rendimiento personal de cada uno de los empleados”, dijo Pereyra, para que ninguno de los despedidos argumente que la zona que le correspondía no era muy transitada.
“El secretario de Gobierno (Federico Cacace) va a formalizar la denuncia correspondiente y se van a aportar todos los datos y todas las pruebas que tengamos a manos. Va a venir un médico para atenderlo en forma personal y el asesor legal para guiarlo en los trámites judiciales”, concluyó Pereyra.