En una sesión cargada de emociones, el Concejo Deliberante aprobó la expropiación de los terrenos usurpados que hoy conforman el barrio La República. En total, son más de 78 hectáreas que fueron expropiadas a la sociedad anónima Ethos y a Carlos Acevedo y María de los Ángeles Fernández de Acevedo y que pasarán a manos de la Municipalidad de San Luis; la cual, a posteriori, se los venderá a las familias que actualmente los ocupan.
El precio que los vecinos pagarán por sus terrenos, según está consignado en la ordenanza aprobada, no podrá ser superior al 5% del salario mínimo, vital y móvil. El proyecto aprobado también prohíbe la enajenación de estas tierras por un periodo de 25 años.
Otro artículo de la flamante ordenanza establece que la Municipalidad deberá realizar y pagar todos los trámites y gestiones pertinentes para la realización de los planos y mensuras que se deban realizar. La Municipalidad también tendrá la tarea de urbanizar el predio, proveyendo todos los servicios básicos y destinando además la superficie necesaria para calles, espacios verdes y edificios públicos.
En cuanto a lo que se habló en el recinto, cabe señalar que los discursos de los concejales por momentos tomaron un tinte más que cómico. Desesperados por quedar lo mejor posible con los vecinos de La República, cada concejal parecía determinado a superar las felicitaciones y discursos de los demás.
Así fue como un concejal felicitaba a los vecinos por todo lo que lucharon para lograr la expropiación, y después cinco tomaban la palabra para hacer lo mismo. Otro concejal les daba las gracias por haber tomado la banca del vecino, cuatro ediles después decían lo mismo. Y cuando parecía que se terminaban los discursos y se venía la votación, Luis “Piri” Macagno hizo un mea culpa y les pidió perdón a los vecinos del barrio por las demoras en tratar el proyecto en comisión, provocando que varios pidieran la palabra para hacer lo mismo y no quedarse atrás.
Inclusive los ediles de Unidad Justicialista, que hicieron todo lo posible para que la gestión de Enrique Ponce no se quedara con el crédito político de lograr esta solución para este conflictivo asentamiento, aplaudieron la ordenanza y destacaron “lo histórico” de la fecha.
En medio de todas estas alocuciones volaron palos para un lado y para el otro; y también flores, con concejales como Daniela Serrano, ahora ultrarrodriguezsaaista, destacando la labor de los merenderos y del Programa Tierra del Gobierno provincial, a la vez que minimizaba el rol que tuvo la Municipalidad.
Y así iban pasando los minutos y parecía que la votación no llegaba más. Los vecinos de La República no daban más de la ansiedad y varios ya habían empezado a llorar. Finalmente, a las 13.20, el proyecto se sometió o votación y fue aprobado por unanimidad. Los concejales quisieron continuar lo más rápido posible con la sesión, pero tuvieron que hacer una pequeña pausa ante el fervor de los vecinos de La República, quienes se abrazaban, lloraban y felicitaban por lo que habían logrado.
Ahora la pelota queda en la cancha de la Municipalidad, la cual próximamente informará cuáles van a ser los primeros pasos para normalizar la situación de estos predios.