Tras el rechazo que supuso el aumento del 30% de las dietas de legisladores nacionales, que llevó a retrotraer la medida el pasado 8 de marzo; el diputado nacional por San Luis Carlos D’Alessandro, de La Libertad Avanza, haciendo uso de un cinismo pocas veces visto, elaboró un proyecto de ley donde propone que la dieta sea equivalente a 20 jubilaciones mínimas y que solo aumente cuando estas últimas lo hagan. En marzo de este año, la jubilación mínima aumentó a $134.446, por lo que la dieta de los legisladores sería $2,688,900.

En un video en sus redes sociales, el diputado nacional explicó que este número, 20 jubilaciones mínimas, se debe a que, cuando ellos asumieron, en diciembre de 2023, la dieta era el equivalente a 20 jubilaciones mínimas. Por ende, el proyecto de D’Alessandro, muy pero muy lejos del ajuste a la casta política que pregona La Libertad Avanza, apunta a mantener esa equivalencia, ya que los legisladores nacionales, sector privilegiado si los hay, solo recibirían aumentos cuando lo hagan los jubilados.

En este sentido, cabe señalar que la dieta no es el único componente del sueldo de los legisladores, ya que también perciben una suma adicional por gastos de representación, un monto fijo determinado por la Presidencia de cada Cámara; un dinero específico para gastar en pasajes (20 aéreos y 20 terrestres de un tramo determinado) que, si no lo usan, pueden recibir en efectivo; y, finalmente, si un congresista vive a más de 100 kilómetros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires percibe un plus por “desarraigo”, el cual se calcula como el 14,2% del total de su dieta y gastos de representación, según publicó Chequeado.

A esto se suma una práctica que no es legal, pero sí muy habitual, en la que los legisladores les piden a sus asesores un determinado porcentaje de su sueldo, que es pagado por el Estado, a cambio de no hacer nada. Al fin y al cabo, nadie controla el trabajo de los asesores en las Legislaturas, por lo que para muchos es un gran negocio darle la mitad de su sueldo al legislador que los designa, a cambio de no hacer absolutamente nada. No todos hacen esto y desconocemos si D’Alessandro lo aplica, pero negar que existe este “curro” sería una gran omisión en este artículo.

Otro punto a destacar es que, si bien en 2023 sufrió un atraso considerable en relación a la inflación, la jubilación mínima ha recibido en los últimos meses unos porcentajes de aumento más que destacables, con un 20,8% en diciembre y un 27,18% en marzo. Estos porcentajes son superiores a los aumentos recibidos por los empleados públicos nacionales y ni hablar de los sanluiseños, que desde hace 5 meses que no perciben ningún incremento.

Y si bien 27,18% es claramente un porcentaje inferior al polémico 30% de aumento con el que eventualmente se dio marcha atrás, hoy por hoy inclusive significa más dinero de bolsillo. Esto se debe a que, en febrero, la dieta de los legisladores nacionales fue de $1.984.770,96 pesos. Si se aplicaba ese 30% de aumento, la dieta iba a quedar en $2.580.202,24 pesos. Si hoy aplicáramos la propuesta de D’Alessandro, la dieta equivalente a 20 jubilaciones mínimos sería de $2,688,900. Esto hace que, mientras la provincia que representa sufre la mayor crisis salarial de la última década, sea verdaderamente insólito que D’Alessandro está buscándole la vuelta a cómo ganar aún más dinero viviendo de la política.