“Esto tiene un costo muy alto. Se trata de que tomen conciencia”, dijo el ministro de Educación, Marcelo Sosa.

Ayer, el ministro de Educación, Marcelo Sosa, anunció que el Gobierno no arreglará los calefactores, o artefactos similares, que destruyan los alumnos de las escuelas públicas. Por lo pronto, serían los directivos y los padres de esos alumnos quienes deberían encargarse de tales tareas, al menos hasta que el Gobierno ponga en marcha las distintas obras de infraestructura escolar que habitualmente ejecuta durante los meses de vacaciones de verano.

“Los destruyeron (a los calefactores) a patadas en algunas escuelas de la provincia. No los vamos a reparar porque no corresponde que se haga. Primero tenemos que cuidar las cosas. Por un lado está lo que se desgasta o se rompe por el normal uso, ahora, donde hay actos específicos de daño, no. Esto tiene un costo muy alto. Se trata de que tomen conciencia”, comentó el ministro, quien además anunció el lanzamiento de un plan llamado “Yo cuido mi escuela”.

“Nosotros los hemos arreglado, pero el mensaje como adultos es que hay que cuidar los bienes del Estado porque en definitiva son de todos. En algunas escuelas donde los alumnos habían roto, ellos mismos se presentaron y han reparado sus daños. No podemos ejercer la reparación constante y perpetua de algo que se daña, tenemos que trabajar en por qué se daña”, dijo Sosa, quien no supo, o no quiso, detallar la duración y continuidad de esta medida.