¿Qué tal es el barrio municipal?

Tras recorrerlo, te contamos nuestras primeras impresiones.

Todo barrio recién inaugurado es un tierral. El barrio municipal Néstor Kirchner, que fue inaugurado el día de ayer, no escapa a esta regla, pero al estar ya completamente asfaltado, este problema se hace mucho más llevadero que en los entregados por el Gobierno provincial. Por otro lado, también es sumamente positivo que de entrada se haya destinado un espacio a una plaza, un detalle que se agradece, a pesar de que por ahora es solo un claro de tierra, y que muchísimas veces se ha dejado de lado en los barrios encarados por el Gobierno.

Lo que es realmente inentendible es que, a pesar de la cruzada que Ponce lleva contra las diminutas veredas del microcentro puntano, alguien tomó la estúpida decisión de que las aceras de este primer barrio municipal sean de lo más incómodas, ofreciendo el menor espacio posible para caminar cómodamente. 

Al igual que en prácticamente todos los barrios que el Gobierno provincial ha hecho desde el regreso de la democracia, la vereda es de un tamaño moderado y cuenta con un sendero de cemento en el que, como máximo, pueden ir dos personas caminando una al lado de la otra. El resto de la acera es tierra, claramente destinada al plantado de césped y árboles, muchos de los cuales ya fueron colocados por la Municipalidad. 

Todos apreciamos la sombra y el verde de los árboles, pero si estos hubieran estados confinados a un cantero, y se hubiera quitado el espacio para el césped, estaríamos frente a veredas relativamente cómodas y se hubiera evitado ese clásico error de diseño que en nuestra ciudad se viene perpetuando desde hace siglos. Seguramente, en cuestión de meses nomás, todo el mundo va a estar caminando por la calle.

¿Y qué tal son las casas?
Lo primero que salta a la vista es el tamaño. Con 75 metros cuadrados cubiertos y 3 dormitorios, claramente son mucho más grandes que las del Gobierno. De hecho, cuando uno se va del barrio municipal y pasa por el de Poggi, las viviendas gubernamentales, si bien mucho más pintorescas por fuera, parecen muy chicas. Obviamente, tienen las típicas mezquindades de este tipo de construcciones, como paredes de salpicré y dos enchufes por habitación, algo más que ridículo en esta era tan llena de aparatos eléctricos, pero a simple vista se las ve firmes y de calidad, que era la duda que muchos tenían con respecto al sistema de Cassaforma utilizado. 

Si a esto le sumamos la cocina, el termotanque y sus 75 metros cuadrados, claramente estamos hablando de una solución habitacional superior a la que ofrece el Gobierno provincial. Solo resta esperar como resiste el sistema Cassaforma, algo completamente desconocido en nuestra provincia, el paso del tiempo.

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