Una ex tutora de Débora Di Falco cuenta lo que la joven madre acusada a abandono de persona sufrió en su niñez y adolescencia.

He querido escribir esta carta para que sea leída por quienes condenan y por quienes no, a Débora Di Falco. Lo hago ya que al momento de prestar mi testimonio en el juicio oral, por haber sido la tutora de Débora durante un año cuando ella tan solo tenia 6 años, la angustia no me permitió expresar todo lo que hubiera querido sobre ella.

Quiero contar que Débora también fue victima de un maltrato físico, emocional, verbal y luego, ya en una preadolescencia, hasta sexual. La diferencia con Guadalupe es que ella sobrevivió, pero a la muerte física, porque a la muerte del alma no. La destruyeron, su madre primero con la falta de cariño, atención, supervisión, falta de alimento adecuado. Luego los hombres que pasaron por cuerpo de niña de 13 años , y ahora con la tortura y muerte de se hija. Se, que todo esto no disculpa ni exime lo que paso con Guadalupe y se que habrán muchas Déboras en este momento viviendo lo mismo.

Creo si el Estado hubiera controlado a Graciela Di Falco cuando le reintegre a Débora o tiempo después cuando dio a luz, si hubieran contenido la situación de una chica de 15 años que tenia una bebe..siendo que pesaban sobre ella misma 14 medidas tutelares..esto seguramente no hubiera ocurrido. Pero el Estado, el sistema fallo…TODOS fallamos. Nadie dio un debido seguimiento a su causa, yo me pregunto…a quien le dieron la custodia de un recién nacido? A una niña que tenia denuncias de ser abandonada por su propia madre, que fue enviada a una institución por no contar con familiares, se la dieron a ella o nuevamente PREMIARON a Graciela Di Falco por su buen desempeño como madre y le entregaron a otro menor? Deberían haberse preguntado si podía asegurar las necesidades de vida de la bebe, o si tenia la capacidad indispensable para criarla..ya que el único ejemplo, malo por cierto, que recibió fue el de Graciela Di Falco. El oficio de padres se aprende viviéndolo desde que se nace, aunque sea a través de una abuela, tía , etc, . Solo los animales lo hacen por instinto. Si hubieran actuado hoy este juicio no se estaría llevando a cabo.

Tampoco Débora pidió ayuda al Estado, pensó que sus hijas estarían en un instituto al igual que ella, cuando era chiquita..y ciertamente en su vida NO fue la mejor experiencia. Muchas veces ella me pregunto o se preguntó, porque tuvo que morir su hija y no ella, a lo que solo tengo una respuesta: Dios tiene un plan para cada uno de nosotros, fue su muerte la que hizo que Débora cambiara de vida totalmente.

Por qué me involucré? Porque el maltrato infantil es una tragedia que nos afecta a todos. Es una carga social, porque el daño mental o corporal causado, le roba a ese ser la capacidad para convertirse en una persona independiente y productiva. Es una carga legal, pues el crimen, la delincuencia, la adicción a las drogas y al alcohol son consecuencias de una persona que fue privada de su derecho de una niñez feliz. La comunidad toda debe darse cuenta de lo grave que es el problema, involucrándose y denunciando.

Finalmente dejo una reflexión: En tiempos de Jesús había normas discriminatorias muy fuertes para la mujer. Sin embargo Jesús se enfrenta a la estructura patriarcal arriesgándose en defensa de una mujer (Magdalena) . El Señor enseña el camino a los pecadores y perdona sus culpas. No seamos orgullosos y soberbios, conteniendo la injusticia de prejuzgar y condenar. Deborah Di Falco estando presa o libre, llevará por el resto de su vida, la culpa y el dolor en los más profundo de su alma.

Adriana Gómez
6.415.379