La sesión verde del día de hoy en el Concejo Deliberante capitalino terminó en un escándalo cuando un docente y alumnos que había ido a presenciarla se retiraron de la misma, debido a una lamentable disputa sobre la validez de un despacho de comisión. Luego de que los invitados se retiraran, con unas categóricas palabras del profesor Juan Arce, la oposición optó por hacer lo mismo, encendiendo la furia de los concejales del oficialismo, en particular de Agustina Gatto, que les gritó “corruptos, ladrones”.

El proyecto que se estaba debatiendo era la creación del “Consejo Municipal Ambiental, como órgano consultivo de asesoramiento y de planificación de políticas públicas, programas y proyectos, destinados a la protección del ambiente, derechos humanos ambientales, etc.”. Y la polémica vino por el lado de que la oposición, en boca de Guillermo Araujo de Unidos por San Luis, consideró que el despacho de comisión había sido incorporado “de manera ilegal” en el orden del día.

“La reunión de comisión donde se ha emitido este despacho no ha existido. Entonces si tenemos despachos firmados por personas que no han estado en esa comisión, estamos hablando de falsedad instrumental. ¿Por qué el oficialismo buscó sacarlo entre gallos y medianoche sin dar aviso? El porqué, se los comento, es porque justamente estaba en tratamiento el tema y no había un acuerdo unánime”, disparó Araujo.

En materia de críticas al proyecto, consideró que es “muy amplio y que le da un montón de facultades al intendente, un intendente al que sabemos que no le interesa el medio ambiente”. A modo de ejemplo, Araujo mencionó la tala de árboles de calle San Martín, y la autorización del crematorio al lado del barrio Solidaridad, “que no cumple con los requisitos que debe cumplir para evitar que los humos “perjudiquen a los vecinos”.

Araujo también destacó lo contradictorio que es que el mismo oficialismo no haya aprobado el proyecto para la creación de la comisión de Medio Ambiente del Concejo Deliberante, siendo que el mismo es autoría de la oficialista Julieta Ponce, la concejala que siempre toma la batuta cuando de temas ambientales se trata. “Lo hace solo para decir, ‘che, lo presentamos, acá está’. Eso mismo va a pasar con esto, ‘presentamos la creación del órgano’. ¿Y saben lo que va a pasar con esto, no?”, continuó el opositor.

Otra supuesta irregularidad que mencionó Araujo es que este proyecto, que había sido girado a dos comisiones, no pasó por Secretaría Legislativa cuando salió de Legislación y antes de entrar a Salud. “Comisión de Legislación emitió despacho el 30 de mayo, y presentó en Secretaría el despacho el 2 de junio, entonces la comisión de Salud no puede haber emitido el despacho el 31 de mayo”, sostuvo Araujo.

Por el lado del oficialismo, tomó la palabra Agustina Gatto, quien lamentó las “falacias y términos que generan mantos de sospecha” que supuestamente estaba utilizando la oposición. Gatto aseguró que la reunión de comisión se realizó y, con respecto a que el proyecto no hizo escala en la Secretaría Legislativa cuando pasó de Legislación a Salud, argumentó que esta práctica es para “evitar la burocracia”, ya que “existe en el derecho el principio de celeridad”, en pos de aplicar la “mayor lógica posible”.

El opositor devenido en oficialista Carlos Ponce también apoyó a Gatto, asegurando que se realizó la reunión de comisión y además desmintiendo que este proyecto le daría muchas facultades al intendente, dando como ejemplo el funcionamiento del Consejo Municipal de Discapacidad, que fue creado el año pasado.

Por su parte, Araujo retomó la palabra para echar más leña al fuego y solicitó que se ingrese al orden del día una nota, pidiendo investigar el asunto, la validez de los documentos incorporados como despacho y que se resguarden los registros de las cámaras de seguridad del 30 y 31 de mayo “para transparencia”.

El radical Javier Suárez, viendo que la discusión era cada vez más caliente, pidió “terminar este papelón, dejemos de utilizar estos temas de manera política y terminemos con el asunto”. Julieta Ponce lo secundó, pero Alejandro Cordido hizo caso omiso de estas palabras y dijo que él también va a presentar una nota pidiendo que se investigue el tema y acusando a la oposición de que no les interesa el Consejo Ambiental.

Luego de todo esto, se votaron dos mociones. La primera era que el proyecto vuelva a comisión, demorando aún más su tratamiento, la cual fue hecha por la oposición y terminó siendo rechazada por la mayoría del oficialismo, que quería tratar el proyecto ese mismo día. La segunda, que se aprobó por unanimidad, fue darle la palabra al profesor y alumnos de la escuela Martín Miguel de Güemes. Claramente, nadie se imaginaba lo que iba a pasar después.

Inmediatamente, el profesor Juan Arce les dijo que estaban con un “gustito medio amargo”, ya que sus alumnos venían con la expectativa de presentar un proyecto a los concejales. “Somos informáticos. Los chicos son expertos casi en informática. Se forman técnicos, salimos técnicos”, dijo Arce, quien explicó que en la institución, “sin irnos a la ONU”, tienen un problema “bien concreto”, que es la falta de baterías, por lo que querían presentar un proyecto para que la institución sea un punto de recepción y clasificación de las mismas.

“Si tuviésemos que tratar el proyecto, nosotros en el aula, en vez de discutir si va, si viene o que más, lo ponemos sobre la mesa y lo tratamos en el momento. Entonces, en lo que a mi concierne, y para no exponerlos a ellos, creo que es más fructífero que nosotros volvamos al aula, que estamos haciendo bien las cosas, y ustedes sigan discutiendo, a ver si va, si viene, no sé qué más. Nosotros nos vamos a poner a trabajar. Nos gustaría el apoyo, así que vamos a esperar si sale o no sale, pero nosotros estamos preparados para ejecutar. Así que nosotros nos vamos a retirar, vamos a seguir estudiando”, fueron las categóricas palabras de Arce, quien luego se retiró del recinto, acompañado por sus alumnos y siendo aplaudido por la oposición, a pesar de que la crítica apuntaba tanto a ellos como al oficialismo. Este aplauso fue muy cuestionado por el presidente del Concejo, Gastón Témoli, quien consideró “una vergüenza” que la oposición aplaudiera la retirada de los chicos.

Segundos después, la oposición hizo lo mismo, dejando la sesión sin quórum. Cuando esto ocurrió, la concejala Gatto, que justo tenía la palabra y la estaba utilizando para pedir una sanción contra Araujo, les dijo a los opositores: “qué vergüenza, ladrones, corruptos”.