Padre denuncia que su hija y amigas fueron salvajemente golpeadas por un policía y un militar

Todo comenzó cuando la joven y sus amigas aceptaron la propuesta de dos jóvenes que se ofrecieron a acercarlas hasta sus hogares. Cuando las chicas les pidieron ir hasta el puente Favaloro, los jóvenes les dijeron que iban a ir al centro a tomar algo, y les prohibieron bajarse del vehículo. Sacaron el auto “rayando” y, a toda velocidad, cruzaron una multitud de semáforos en rojo y comenzó la pesadilla de estas tres jovencitas.

“Mientras iba manejando, uno de estos delincuentes saca un arma, trata de darse vuelta, y le gatilla dos veces en la cabeza a una de las pibas. Fue el que iba manejando. El otro muestra otra arma, le pega a una de las chicas y también le gatilla uno o dos veces. Una de las pibas se puso a llorar, a lo cual el acompañante le pega dos piñas en la cara”, contó Oscar sobre el calvario vivido por su hija.

Durante el trascurso del viaje, estos hombres, que se identificaron como “un policía y un militar”, continuaron golpeando a las chicas y gatillándoles en la cabeza. Eventualmente, relató Natel, llegaron a la esquina de Santa Fe y Ayacucho, en cercanías al cementerio del Rosario, para luego retomar Ayacucho y meterse “en una cochera que tiene una reja blanca”.

“Cuando el acompañante se baja para abrir la reja, mi hija alcanza a bajarse del auto y les dice a las amigas ‘vamos chicas, corramos’. Ahí el chofer se baja y le pega un golpe, ella no sabe si fue de puño o patada en el estómago y, trastabillando, cae en un montículo de escombros”, contó el hombre.

Tirada en el piso, la hija de Oscar agarró un ladrillo y, cuando su agresor se le vino encima, se “lo partió en la cara” e inmediatamente se dio a la fuga. Sin embargo, no llegó muy lejos, ya que a una cuadra y media, sobre la calle Sargento Cabral, sintió que la trabaron por detrás y cayó al piso. “Era el agresor que la venía correteando y le empieza a dar patadas, en la cabeza, en el hígado, en la espalda”, dijo Oscar.

Poco antes de perder el conocimiento, la joven logró dilucidar que una vecina intervino y le gritó al agresor: “animal, dejá esa criatura que la vas a matar”. Esa vecina socorrió a la joven y dio aviso a su padre, quien la llevó al hospital de Oeste, radicó las denuncias correspondientes y sometió a su hija a todas las pericias policiales protocolares.

Según dijo, su hija presenta hematomas en la cabeza, fracturas en el cráneo, dolores en el cuello y problemas para respirar.

Días después, el miércoles de esta semana para ser exactos, el jefe de Policía, Guillermo Valdevenitez, citó en su despacho a Oscar para hablar del caso. “Me dijo que todo lo humanamente y lo que corresponda lo va a hacer porque quiere sacar a este gente mala de la institución, que la ensucia”, dijo Natel, quien asegura que el jefe le manifestó que el agresor de su hija estaría “totalmente” identificado.

“Este hombre, vos salís y ya queda a disponibilidad”, fueron las palabras de Valdevenitez, según Oscar. “Como jefe de este organismo, esta gente queda a disposición mía ya”, le dijo, por su parte, el jefe del Ejército en San Luis.

“Les pido a los padres de las otras chicas que no se queden quietos, que hagan las denuncias. Yo se que esto nos puede traer muchas consecuencias”, concluyó Oscar.

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