Hay dos demorados, pero el arma todavía no se ha recuperado.

Ayer al mediodía, personal policial concurrió a la escuela Industrial, ubicada en el barrio El Lince, luego de que directivos del colegio reportaran que un adolescente de 16 años se encontraba en un serio estado de alteración mental, posiblemente por el uso de drogas. 

Respondieron al llamado dos oficiales de policía en dos móviles distintos pertenecientes al Comando Radioeléctrico, el 1-591 y el 1-593. Ambos uniformados ingresaron al colegio y procedieron a la oficina de la regente, ya que allí se encontraba el adolescente en cuestión.

Luego de tomar los datos del joven y de contactarse con un familiar, uno de los oficiales salió a la puerta del colegio para informar al centro de emergencias que es lo había ocurrido y a esperar al padre del menor. Fue en ese momento que descubrió que habían vandalizado los cristales traseros de ambos vehículos policiales, utilizando trozos de hormigón, y robado una itaka, cargada con balas de goma, que estaba en la parte trasera del móvil 1-591.

A raíz de esto se realizó todo un operativo de rastrillaje en la zona, revisando techos y varios domicilios, y se demoró un menor de 16 años y un joven de 18 que, según informó el comisario Carlos Pereyra, “no tienen nada que ver en la escuela”, pero están bajo la lupa “por tener algo que ver con la sustracción”. De igual manera, al momento de escribir estas líneas, todavía no se había recuperado el arma robada.

“Es un arma que tiene un lugar determinado para guardarse, no es que esté a la vista, sino que está a un costado del asiento, bien oculta. No la dejan ni arriba del torpedo o del asiento, queda el pié del asiento, al lado de la palanca de cambio, bien abajo”, comentó Pereyra, al ser consultado si el arma había sido dejada demasiada expuesta o si correspondía guardarla en el baúl.