“Soy un pájaro, un pájaro libre, soy como un cóndor”

Fueron las palabras de Griselda Guerrero, la mujer que fue acusada de poseer pornografía infantil.

“He venido a dar la cara, a que la sociedad toda me conozca”, fueron las primeras palabras que ayer pronunció Griselda Guerrero, la documentalista que, junto a su compañero Mario Lázaro, quedó detenida cuando presentó en Canal 13, donde había sido invitada para hablar de su documental sobre José La Vía, un pendrive que contenía pornografía infantil. 

Frente al Poder Judicial, Guerrero dio una conferencia de prensa luego de que se conociera que el juez Marcelo Bustamante Marone le dictara a ella y Mario Lázaro la falta de mérito en la causa, estableciendo de ese modo que el pendrive en cuestión no pertenecía a ella.

“He sido un muñeco de trapo. Me han pisoteado, me han golpeado, me han condenado. Un trabajador de la prensa me juzgó culpable, sin saber quién era yo y sin darme el primero de los derechos, el más básico, el de presumir la inocencia”, dijo Guerrero ante la prensa, leyendo un extenso y poético texto que ella compuso.

Cuando terminó la lectura de su texto, del cual reproducimos algunos fragmentos al final de esta nota, la mujer fue consultada sobre cómo llegó el polémico pendrive a sus manos. Lamentablemente, Guerrero no quiso dar ningún explicación al respecto ni decir quien es el dueño, aunque reconoció que lo conoce.

“Llevaba dos pendrives en mi bolso. Había olvidado que tenía en existencia uno de ellos. Eran las 7 de la mañana cuando se largó el programa de televisión al que fuimos invitadas, y equivoqué de pendrive, esa es la verdad”, fue lo poco que la mujer relató sobre el tema, escudándose en que el tema ahora está en manos de la Justicia, que es la que deberá investigar la causa. “El pendrive no era mío y se comprobó. El único y fatídico error mío fue haber dado al canal un pendrive que no era mío”, dijo Guerrero, negándose nuevamente a explicar cómo el pendrive llegó a sus manos.

Guerrero tampoco quiso dar el nombre del periodista o trabajador de la prensa que la acusó tan fehacientemente, aunque comentó que no llevará a cabo acciones judiciales. Por último, la mujer destacó “la increíble defensa” que realizaron sus abogados, Horacio Quevedo y Manuel Serrano.

El texto de Guerrero
“Conmigo se ha hecho Justicia y no podrán las más gruesas rejas que pongan alrededor, con mi alma libre con la que he vivido todos estos años, no podrán coartar mi libertad, porque soy un pájaro, un pájaro libre, soy como un cóndor, soy eso señores. Y no soy víctima de nada, porque las verdaderas víctimas no tienen voz”.

“Estuve con los desaparecidos, con los presos comunes, con los marginados, con millones de presos que son depositados en el silencio oscuro de un calabozo. Y fui una más y fui una nadie. Y recordé también a Nelson Mandela”.

“Yo perdono a cada persona que participó de este abuso de poder, frente a un micrófono, frente a una cámara, frente a un papel. Los perdono, señores y ruego a Dios que también los perdone, porque no saben lo que hacen”.

“Ha quedado en total evidencia, con todo lo sucedido, que el poder que siempre ha sido la comunicación se ha quebrado, se ha roto, ha quedado hecho trizas, fragmentado en mil pedazos. Lo rompieron, lo atravesaron, las cientos de personas que se levantaron en esta provincia, a lo largo y ancho del país, y también del extranjero”.

“Y ellos, levantando sus banderas de amor principalmente, de verdad y de justicia, contribuyeron así a levantar un murallón indestructible e impenetrable, protegiéndome de no ser una más. Y aquí me tienen, en un inmenso castillo, una gran fortaleza, como lo es mi integridad como persona”.

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