Tras la muerte de un hombre en preventiva, separan de su cargo a dos jefes de la Penitenciaría Provincial

También les iniciaron sumario a 43 agentes penitenciarios. Ricardo Bazla, representante de la familia del fallecido, trabaja en una denuncia penal por abandono de persona.

Tras la muerte de Diego Ernesto Gil, un villamercedino de 34 años que llevaba tres meses de prisión preventiva por un delito contra la propiedad, el Ministerio de Seguridad separó de sus cargos al director y el subdirector de la unidad de Procesados Mayores de la Penitenciaría Provincial. La medida fue adoptada por el jefe del Servicio Penitenciario, Segundo Giménez, y fue comunicada por el ministro de Seguridad, Diego González, quien aclaró que ahora “las responsabilidades se van a determinar por el camino del sumario administrativo”.

Según relató el abogado Ricardo Bazla, que patrocina a la familia del fallecido, contó que Gil comenzó hace 15 días a pedir atención médica en el Servicio Penitenciario “porque tenía dolores en el pecho y mucha tos, pero le negaron esa atención”. Con el paso de los días, la situación de Gil, que aparentemente fue un cuadro pulmonar, se agravó aún más, pero siguió sin recibir atención médica. La situación fue tan desesperante para el hombre que inclusive llegó a efectuarse cortes en sus brazos para llamar la atención y que lo llevaran a un médico.

“Solamente le cosieron las heridas y lo castigaron cambiándolo de celda y colocándolo en un lugar muy vulnerable a las bajas temperaturas que hubo hace 10 días aproximadamente. Eso provocó que se agravara su cuadro y los otros presos del pabellón, que sentían que estaba muy mal, le golpeaban reiteradamente la pared de la celda para ver si respondía de alguna manera. Cuando no respondió, los demás presos fueron los que lograron que los demás guardiacárceles que lo atendieran”, relató Bazla.

Así como el lunes por la noche, Gil fue sacado en silla de ruedas de la cárcel. “Si ellos utilizaron una silla de ruedas, lo más probable es que hubiera hecho falta una camilla en ese momento”, opinó el abogado.

De ahí, el hombre fue llevado al Hospital San Luis, donde quedó internado y además se le prohibió a su familia visitarlo. El cuadro de Gil, que resultó ser una pulmonía, se agravó aún más con el paso de los días y el hombre finalmente falleció a las 7.45 del miércoles.

Hoy viernes, Bazla informó a este medio que estaba trabajando en una denuncia penal por “abandono de persona seguido de muerte y por abuso de autoridad”. La misma sería contra las autoridades de la penitenciaría, pero también podría llegar a incluir al ministro de Seguridad.

Volviendo a González, el titular de la cartera de Seguridad informó que de manera paralela se ha dispuesto que se revisen todos los protocolos médicos de la Penitenciaría para establecer si se procede de manera adecuada con las personas privadas de la libertad. “Si hay que actualizarlos, lo vamos a hacer”, prometió.

El ministro también informó que, de acuerdo a lo establecido en el certificado de defunción, Gil falleció el 6 de septiembre como consecuencia de un “shock séptico refractario a causa de una neumonía bilateral”.

Para establecer si hubo algún tipo de negligencia en el accionar del personal penitenciario, el titular del Servicio le dio intervención al Programa Sumarios Administrativos. “Actuamos con transparencia absoluta”, afirmó el ministro González, quien entregó a la prensa copia de las resoluciones de Giménez.

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