“Soy perseguido políticamente por la intendenta y el diputado provincial Ricardo Olivera Aguirre. Me quieren suspender 30 días, según ellos, por faltas reiteradas al trabajo. Yo tengo 3 faltas nada más, 2 en el mes de enero y 1 en el mes de febrero, todas justificadas. Al ser sancionado, me manifesté el viernes a las 7 de la mañana, encadenándome a las rejas de la Municipalidad de El Trapiche, no obstruyendo al público, no molestando, pasivo. Tipo 10 de la mañana llega el señor diputado Olivera Aguirre, me pega una trompada, me tira al suelo, me agarra con unos palos y me entra a pegar entre palos y patadas en el cuerpo”, relató Mario, quien se autodefinió como un “amigo de hace 20 años” del legislador.

Mario estima que esta supuesta persecución se debe a que, en las internas partidarias del año pasado, él apoyó al ex intendente de la zona, Hugo Hissa. “Estamos en distinta línea. Yo no pensé lo mismo que ellos piensan. No los acompañé en ese momento”, dijo Menéndez, quien calcula que esto sería una de las causas por la cual su “amigo” Olivera Aguirre, de quien fue secretario de Obras Públicas cuando el legislador fue intendente de El Trapiche. “Menéndez me insultó y me dijo que iba a ver como iban a violar a mi mujer y mi hija. Obviamente reaccioné”, le dijo el diputado Olivero Aguirre al Diario de la República.

Por su parte, la hija de Menéndez, Jesica asegura que la nueva gestión le ha hecho la vida imposible en lo que respecta a la concesión del camping municipal que consiguió, por 4 años, en octubre de 2011, cuando Hugo Hissa, amigo de su padre, todavía era el intendente de la zona.

“A partir del 21 de diciembre me quiso desalojar del camping sin ninguna orden del juez. Luego empecé a tener un recurso de amparo y empezaron a molestarme por la radio, diciendo que el camping estaba inhabilitado, que había un foco de infección. Me pusieron dos chicas ahí en la oficina de Turismo para que no recomendaran el camping y después me quitaron el servicio de la basura. Hace dos semanas desenchufaron las bombas de las cloacas. Me amenazaron, uno de los del cuerpo de abogados que ellos tienen, cuando fui a llevar una nota para que me dejaran de molestar, diciéndome que me acordara de que mi papá estaba trabajando en la Municipalidad y se podía quedar sin trabajo y que me cuidara porque podía terminar en la cola del dique con mis hijos”, relató Jesica.

De acuerdo la hija de Mario, las amenazas terminaron cuando el tema quedó “en manos de la Justicia y se hizo muy mediático”. “Lo que quiero es que se solucione el tema de mi papá, que pueda trabajar tranquilo, que no tenga complicaciones. Ni siquiera vale pena pasar por todo lo que está pasando por un sueldo así. Lo único que quiere es trabajar”, concluyó la joven, quien está, al igual que su padre, a la espera de un pronto fallo por parte de la Justicia local.