Al Frente Progresista Cívico y Social se le venció el plazo y se quedó sin pauta publicitaria gratuita. La semana pasada el Ministerio del Interior de la Nación puso a disposición de todos los partidos políticos que participarán en las próximas elecciones primarias y obligatorias, la clave para ingresar a la página donde se encuentran los espacios de publicidad gratuita con la que cuentan las fuerzas políticas desde la implementación de las PASO. El equipo de campaña de José Riccardo recibió la clave, la cual estaba disponible para los otros tres candidatos a diputados nacionales y durante toda la semana trabajó en la preparación y en la distribución de los spots correspondientes, mientras el resto de los candidatos no usaron los espacios asignados.

Como la campaña publicitaria comienza hoy, el plazo para confirmar y entregar los spots a los medios de San Luis -y también a algunos medios de Buenos Aires- venció el viernes pasado, aunque fue prorrogado por 24 horas. Con el plazo ya vencido Ceballos, Arias y Belgrano Rawson recién cayeron en la cuenta de que tenían a su disposición (y que se debían repartir con el sector de Riccardo) más de mil avisos publicitarios de 20 segundos.

El trámite con la pauta que distribuye el Ministerio del Interior es complicado: primero el Ministerio del Interior sortea los espacios y los divide en cuatro franjas horarias. Luego notifica a los partidos políticos y les asigna una clave. Esa clave debe ser manejada por los apoderados de los diversos contendientes para luego comenzar con la carga uno por uno de dichos espacios, los cuales corresponden a spots de 20 segundos. Por cada spot los partidos políticos deben imprimir un certificado en PDF, para luego enviar esos documentos a los medios que emiten la pauta, porque sin ese papel el medio no cobra el dinero que pagará el Ministerio del Interior.

Fuentes cercanas a Riccardo aseguraron que “nosotros recibimos la clave hace más de una semana, el otro viernes más precisamente. Sabíamos de lo complicado del trámite y quisimos que el vencimiento no nos tomara desprevenidos. Además supusimos que todos los candidatos habían hecho lo mismo, porque si sos candidato a diputado nacional lo mínimo que tendrías que hacer es informarte acerca de tus derechos y de los plazos que se vencen. Cuando vos entrás a la página lo primero que te pide es que cambies la clave. Nosotros estuvimos toda la semana trabajando con la clave que envió el Ministerio suponiendo que los demás iban a comenzar con la carga de sus espacios de un momento a otro, y recién esa clave fue modificada cuando este viernes, es decir una semana después y con el plazo ya vencido, alguien de los demás sectores asoció ese mail que recibimos todos, pero que ellos no leyeron, con la campaña de avisos electorales. Como ellos no usaron esos espacios, nosotros decidimos usarlos atentos de que ese plazo se vencía y no había vuelta atrás”.

Las preguntas que en el Frente Progresista ahora todos se hacen es de qué modo se repartirían los eventuales avisos si es que el Ministerio del Interior accede a otorgarles un nuevo plazo, lo cual significaría –por lo menos- una semana perdida de presencia en los medios, hecho que equivale a una semana ganada por el Kirchnerismo y por Compromiso Federal. Y segundo, todos ahora se preguntan quién se encargará de la titánica tarea de confirmar espacio por espacio, en dejar a todos conformes en cuánto a horarios y cantidad, imprimir los más de mil certificados uno por uno, para luego entregarlos a los medios de toda la provincia junto con el DVD correspondiente.

Al igual que hace 20 años, cuando los radicales de San Luis presentaron tarde su lista de candidatos y Adolfo Rodríguez Saá negoció en persona con Raúl Alfonsín una humillante moratoria, esta vez Walter Ceballos, Germán Arias y Guillermo Belgrano Rawson
pusieron el grito en el cielo porque descubrieron que lo que los espacios que ellos no habían ocupado, José Riccardo ya los había confirmado para su sector. Fue entonces que los radicales ofendidos hicieron lo que siempre hacen: amenazar con denuncias e impugnaciones, pero tanto en derecho como en cuestiones electorales nadie puede alegar su propia torpeza.