Uno de ellos fue resuelto gracias al perro policial Apolo.

Ayer, policías del Comando Radioeléctrico acudieron a la casa 9 de la manzana 1004 del barrio Eva Perón anexo 5, donde vive Felipe Orozco, de 55 años. Allí, un par de ladrones violentó el candado de seguridad de un portón de acceso a la calle y sustrajeron, según relató Orozco, una máquina de soldar, prendas de vestir, las ruedas de una moto 110 cc y varias herramientas de albañilería.

Con la colaboración de personal de Canes, se puso a trabajar al pointer Apolo, que siguió los rastros dejados por los ladrones, conduciendo a los uniformados a la casa 13 de la manzana 1006 del mismo barrio. Allí, los policías dialogaron con Amelia Silva, dueña de la casa, quien autorizó el ingreso de los oficiales hasta una precaria construcción donde encontraron una soldadora.

Mientras se realizaba el procedimiento, un hombre llamado Mario Carrizo, de 32 años y oriundo de San Juan, intentó entorpecerlo, pero terminó siendo demorado por tener en su poder la máquina robada. Según averiguó después la Policía, el delincuente había purgado una condena por robo y otros delitos contra la propiedad en el servicio penitenciario de su provincia natal.

Continuando con la investigación, se logró dar con dos jóvenes, de 18 y 19 años, quienes son investigados por su relación con el robo, ya que habrían dejado el resto de lo sustraído en el fondo de la casa 3 de la manzana 1005 del mismo barrio, cuya propietaria no tuvo reparos en dejar entrar a los uniformados, quienes en presencia de testigos recuperaron las prendas de vestir, las ruedas de la moto 110 cc, y las herramientas de albañilería de Orozco.

Otro hecho que la Policía rápidamente esclareció ocurrió en el barrio Universitario, predio ubicado sobre Justo Daract, a la altura de los monoblocks del barrio AMEP. Allí, una mujer de apellido Montiel denunció que de uno de sus inmuebles le habían sustraído 10 bolsas de cemento, 15 de cal, varillas de hierro y tablones de construcción.

Inmediatamente, los policías de la comisaría realizaron una inspección ocular en las inmediaciones del lugar y establecieron que la tela metálica del cierre perimetral había sido cortada.

Iniciaron entonces un rastrillaje en la zona, que resultó con la localización del total de los materiales sustraídos. Éstos habían sido escondidos y cubiertos con una lona debajo de las escaleras del monoblock H del barrio AMEP, que colinda al norte con el predio de la UNSL.

Cabe destacar que este es, como mínimo, el tercer robo que ha ocurrido en los últimos meses dentro del barrio, donde hay una gran cantidad de viviendas en construcción, pertenecientes la mayoría de ellas a parejas jóvenes de clase media.