Unos se mostraron indignados con la empresa constructora, mientras que otros apoyan la obra.
Ayer por la mañana, La Gaceta dialogó con los comerciantes de avenida Presidenta Perón que han visto su actividad económica perjudicada por la obra de desagües que el municipio de San Luis lleva adelante a través de la empresa IKAU. Algunos de ellos se mostraron indignados por el poco avance de obra que se ha visto durante este mes, asegurando caídas en las ventas de hasta el 80%. Otros están a favor de la obra, reconociendo que hay una caída en la actividad comercial, pero que no es tan grande.
“La obra ya cumple un mes y no han hecho ni el 40% de lo que tendrían que haber hecho. Creo que es una burla para los comerciantes, para la gente, para los que hicieron la licitación”, dijo Alfredo Santomartino, dueño de un parripollo ubicado entre Lavalle y pasaje Juan W. Gez, quien se ha visto afectado por los cortes de tránsito aún antes de que la obra llegue a la puerta de su comercio.
“Si el beneficio de la ciudad afecta a un montón de gente, personal de los comercios, familias y ves que la empresa que la tiene que hacer no tiene la voluntad para trabajar”, dijo Santomartino, señalando que la mayoría de los días hay tan solo dos o tres personas, o que inclusive ha habido días en que nadie ha ido nadie a trabajar.
Santomartino manifiesta ser de los más afectados, y eso que la obra todavía no ha llegado a la puerta de su negocio. “En mi comercio, las ventas han caído un 80%. Y creo que en los otros comercios es un 50 o 60”, dijo el comerciante, quien añadió que ha tenido que bajar de siete a tan solo tres empleados.
Preocupado por el plazo de duración de la obra, el hombre opinó que la empresa debería también trabajar de noche, como se hace en algunos puntos del país, utilizando poderosas lámparas para iluminar. “Yo no puedo tener mi comercio 8 meses con las puertas cerradas”, dijo ante la perspectiva de que la obra siga avanzando a paso de tortuga. “Yo no voy a dejar que rompan mi pedazo de frente de calle, porque si van a demorar dos meses por cuadra yo no puedo tener tanto tiempo el negocio parado”, concluyó Santomartino.
Por su lado, Marcelo, el dueño de una verdulería sita entre Lavalle y Bolívar, se mostró a favor de la obra, opinando que ha habido demoras, pero que no cree que sean fuera de lo normal. “Lo veo muy bien. Para mi se les ha complicado un poquito, como todo, pero es entendible. Me parece que la obra es muy buena. Uno la está peleando, como todo comerciante, pero hay que esperar que pasen los días. Ha bajado algo la venta, pero tampoco es que no se esté vendiendo nada”, opinó el hombre.
Otro comercio que dijo que las ventas bajaron pero no a un nivel preocupante es el supermercado Aiello, según explicó el gerente de la sucursal a este medio; aunque aclarando que todavía no se ha sacado el balance del último mes.
“Yo estoy pensando en adelantar las vacaciones al personal”, dijo otro comerciante que prefirió mantenerse en el anonimato, ya que teme represalias. El comerciante adelantó además que, cuando la obra avance, y si se realiza un corte de tránsito como el actual, serán los talleres mecánicos de la zona, que son tres, los más afectados.
Finalmente, Ramón Zarrabeitia, secretario de Servicio Públicos de la Municipalidad comentó ayer que “los desagües están acelerando el ritmo de obra”. “Hoy hay otra máquina nueva. Estamos próximos a empezar el otro frente de trabajo, que es precisamente en la descarga hacia el río. Si se requiere más trabajo, posiblemente se le pida a la empresa”, prometió el funcionario ante las quejas que se han hecho públicas.