Se trata del ingeniero electromecánico Daniel Morano, profesor responsable de Cálculo y Métodos Numéricos y del Proyecto Mecatrónico en la Facultad de Ingeniería y Ciencias Agropecuarias.
El ingeniero electromecánico Daniel Morano, egresado de la UNSL y profesor responsable de Cálculo y Métodos Numéricos y del Proyecto Mecatrónico en la Facultad de Ingeniería y Ciencias Agropecuarias (FICA) desde 1992, recibió la medalla al Mérito Académico que otorga la principal organización de las instituciones de ingeniería de América Latina y el Caribe (LACCEI 2016), por su rol de liderazgo y continuo esfuerzo para mejorar la educación de la ingeniería a nivel mundial.
Morano fue decano de la ex facultad de Ingeniería y Ciencias Económico Sociales (FICES), coordinador del Plan Estratégico de Formación de Ingenieros (PEFI), dependiente de la SPU; coordinador del Proyecto de Mejoramiento de Enseñanza de la Ingeniería (PROMEI) y del Plan Estratégico de Formación de Ingenieros.
Ha sido conferencista en temas de ingeniería en eventos realizados en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, España, Guatemala, Italia, Kuwait, México, Panamá, Perú, Portugal, República Dominicana, Suiza, Uruguay y Venezuela.
Esta es una entrevista que Prensa de la Universidad Nacional de San Luis le hizo al distinguido docente.
¿Cuál es la posición de Argentina en el desarrollo de las ingenierías?
Lo que se realizó en Argentina terminó siendo un modelo que se ha volcado en varios lugares del mundo, fundamentalmente en Latinoamérica. Argentina logró desde el año 2006 acuerdos que fueron tomados como base por toda la sociedad iberoamericana. Nuestro país ha liderado los procesos de las necesidades de cambio que necesita la formación de los ingenieros actuales, con vistas a cómo será el ejercicio de la ingeniería en los próximos años.
Hay ejes fundamentales en esto. Uno es el aseguramiento de la calidad de la formación de los ingenieros, o sea la acreditación de las carreras, es decir, asegurar la calidad de formación. Argentina es uno de los pocos países del mundo y el único en Latinoamérica que ha logrado acreditar el 100% de sus carreras de ingeniería.
Otro eje tiene que ver con la pertinencia de la formación, es decir, ingenieros que no solo sepan de lo específico de ingeniería sino que eventualmente tengan una mirada más global del impacto que hoy por hoy tiene la tecnología en la vida diaria, desde el punto de vista social y fundamentalmente desde el punto de vista ambiental .
Como parte de esta tarea de comunicar las ciencias, ¿en qué situación se encuentran las ingenierías?
Hoy en día el ingeniero debe trabajar cooperativamente con otras profesiones. Un ingeniero no puede tener la formación de un comunicador pero si trabajar adecuadamente la comunicación, fundamentalmente sobre los impactos de su trabajo en la sociedad del conocimiento y en la vida diaria de las personas.
Allí es donde el ingeniero debe trabajar adecuadamente con las otras profesiones relacionadas desde lo social, lo económico y lo ambiental. En ese sentido, cuando hablo de las competencias, hablo de la capacidad de la comunicación desde el punto interdisciplinario es ser un agente más de un proceso.
¿Cuál es tu opinión acerca de lograr el acercamiento de los futuros estudiantes a las carreras de Ingeniería?
En el mundo hay una falta de ingenieros y de técnicos, cada vez son más las necesidades de mano de obra calificada. Es allí donde se produce el quiebre, tal vez en occidente hay excepciones, pero en Europa y América existe una especie de divorcio entre los jóvenes y las tecnologías. Esto hace que se lleven adelante acciones para revertir esta situación.
Nuestra Universidad elaboró un proyecto,
particularmente de la Facultad de Ingeniería, que trabaja con chicos de la escuela primaria en programación robótica a fin de impulsarlos a tomar futuras decisiones. En estos espacios el alumno no solo se desarrolla personalmente activando sus líneas productivas, sino que lo hace con perspectivas a futuro. Ellos mismos puedan ir modelando la sociedad en la que viven. Por allí pasan las cuestiones. No hay soluciones mágicas de incentivar a los jóvenes, sino hay un trabajo mancomunado y continuo de todos.
¿Por qué crees que existe una ausencia femenina en estas carreras?
Ese tema es muy interesante. Nosotros hicimos estudios al respecto sobre acercar a la mujer a todas las carreras. Notamos que hay ciertas carreras que parecen estar más acordes a lo femenino como son la biología o las relacionadas a las químicas. Hay otras como la Ingeniería Mecánica o Eléctrica que tienen menos de un 5 % de mujeres en ellas. Entonces ¿de qué manera revertir esto que no sea algo solo reservado para el hombre?. Desde mi punto de vista excede lo que llamamos una promoción de carrera, es un tema que debe ser tratado previamente. Hay que trabajar estos incentivos a edad temprana a partir de la niñez.
¿Qué reflexión te deja la entrega de este premio?
Rescato el rol de la UNSL. Me recibí en el año 1986 y por ese entonces los ingenieros se abrían camino solos. Eso nos brindaba la experiencia con conocimientos muy buenos y desarrollábamos las capacidades en la sociedad de esa época. Trabajé en la UNSL en docencia y en el sector privado también.
Pienso que no existen los límites. Mucha gente de la UNSL ha tenido impacto nacional y mundial, y en ese sentido creo que el mensaje que se da desde nuestra Universidad es que se está en una igualdad de condiciones con respecto a otras universidades del país y del mundo.