Esta mañana, los concejales Roberto González Espíndola y Daniela Serrano dieron una conferencia de prensa en la que anunciaron la presentación de un proyecto para que se cree una base de datos online donde los vecinos de San Luis puedan chequear cuántos empleados políticos tiene cada edil. Según Espíndola, su proyecto “hace a la transparencia y a la lucha contra la corrupción” y trata de “empoderar a la sociedad con información cierta, clara y verdadera que venga de las instituciones”.
La conferencia se realizó en el marco del escándalo que atraviesa el Concejo Deliberante con respecto a los fallos judiciales que han ordenado que la presidencia nombre seis empleados políticos para Espíndola, Serrano y también para Virginia Ortega. A esto hay que sumarle las declaraciones del presidente del Concejo, Juan Domingo Cabrera, quien asegura que Espíndola tiene otros cuatro empleados nombrados previamente, mientras que Serrano tendría dos.
Todo esto es posible gracias al poco claro y desastroso sistema de contratación de empleados políticos que rige hoy en día en el Concejo Deliberante. Por ejemplo, González Espíndola se agarra de la resolución 11 de 1996, la cual permite tener hasta 6 empleados políticos. Esta resolución fue en parte derogada por la 43 de 2004, la cual estableció que podían tener solo dos empleados de categoría 24. Luego, la 43 de 2004 fue derogada por la 76 de 2004 y se dictó la 103 de 2004. Esta última resolución establece que se pueden tener tres empleados de categoría 24, pero también deja en vigencia el artículo 3, inciso D de la resolución 11 de 1996, que es el que permite tener hasta seis empleados.
Ahora, si bien la 103 deja en vigencia ese artículo de la 11 de 1996, también califica como “excesivo” tener 6 empleados y considera que lo “razonable” es tener tan solo 3. Claramente, el espíritu de las normas posteriores a la resolución de 1996 es reducir la cantidad de empleados que cada concejal puede tener. Y de hecho, la 103 de 2004 es la que la mayoría de los concejales utiliza, por más que se trate de una resolución de la presidencia del Concejo y que nunca fue votada por los legisladores. Sin embargo, todo este proceso de dictado y derogación de resoluciones se ha hecho de una manera tan desprolija que ha dejado este hueco que Espíndola está explotando.
Como si esto fuera poco, el mismo González Espíndola, durante su presidencia, dictó una resolución presidencial que dispone “el texto ordenado del reglamento interno del Concejo Deliberante”, donde incorpora las modificaciones de diferentes resoluciones, incluyendo la 43, que es la que establece un máximo de 2 empleados categoría 24 por concejal. Esta resolución fue luego aprobada por unanimidad por el resto de los concejales de la ciudad.
O sea que hace medio año atrás, la resolución 43 para González Espíndola estaba vigente, pero ahora, que no le conviene, dice que no y que su resolución apuntaba solo a la modificación del texto impreso. Esto se contradice enormemente con un contrato que el mismo Espíndola firmó en julio de 2018, donde en los considerandos incluyó la resolución 43.
Consultado sobre sus propias contradicciones con respecto a la resolución 43, Espíndola no hizo más que caer en nuevas contradicciones. “Es parte del reglamento interno, pero está derogada”, fue lo primero que dijo el concejal ex poncista y ahora ultraalbertista. “Eso no está vigente. Que se haya hecho un ordenamiento de textos donde tuvimos un error, que es verdad, nos comimos una resolución, no modifica el reglamento interno”, agregó Espíndola, oscureciendo más que aclarando.
“El reglamento interno para modificarlo tiene que tener los plazos y cumplir con los requisitos que acabo de mencionar. ¿Cuáles son? Un proyecto que tienda a modificar el reglamento interno, de resolución, que tenga los despachos de la comisión de Legislación e Interpretación y de Interbloques y que sea votado por las dos terceras partes del cuerpo”, continuó el concejal.
En pocas palabras, la postura de Espíndola parece basarse en que el ordenamiento que él mismo hizo del reglamento interno, y que luego fue refrendado por unanimidad por el resto de los concejales, no es válido y fue “un error”. Poco parece importarle al concejal el hecho de que todas las resoluciones que han salido sobre este tema desde 1996 claramente apuntan a reducir la cantidad de empleados que cada concejal puede tener.
Desafortunadamente, todo el proceso ha sido más que desprolijo durante estos últimos 22 años, creando esta especie de vacío legal que habría dejado en vigencia la polémica resolución de 1996 que permite tener hasta seis empleados políticos. Claramente, será la Justicia la que deberá decidir con respecto a qué está vigente y qué no. Otra opción es que se presente y apruebe un proyecto que establezca, de manera clara y concisa, cuántos empleados políticos pueden tener cada concejal.
Otras contradicciones
En cuanto al resto de la conferencia de prensa, González Espíndola aseguró que no tiene a más empleados políticos que los ordenados por la Justicia, contradiciendo al presidente del Concejo Deliberante, quien asegura que el concejal tiene tres más, a quienes se le suma la persona que fue pasada a planta permanente del órgano en la sesión extraordinaria del año pasado.
Esta medida se tomó para darle estabilidad laboral a un empleado de cada concejal, pero ha sido aprovechada, al menos por Espíndola, Serrano y Ortega, para nombrar un nuevo empleado político. Según Espíndola, su empleado que pasó a planta permanente ya no presta ningún tipo de servicio para él.
La conferencia también incluyó una gran contradicción entre los dos concejales sobre la manera en qué ha sido informado este escándalo. Por un lado, González Espíndola dijo no haber escuchado al presidente del Concejo Deliberante hablar sobre sus supuestos 10 empleados y atribuyó todo a una suerte de conspiración de medios que responden “a una línea política definida”, entre los que incluyó a La Gaceta, con “la finalidad de difamar a concejales”. Por el otro, Serrano denunció un manoseo en las expresiones públicas de Juan Domingo Cabrera.
“Te voy a decir la verdad. No he escuchado a Cabrera en este sentido, no he escuchado a ningún concejal. He leído algunos portales de noticias”, dijo González Espíndola cuando se le preguntó si presentaba su nuevo proyecto a raíz de las declaraciones del presidente del Concejo. Contrariamente, Serrano luego manifestó: “Cualquier trabajador del Concejo Deliberante se han sentido lastimados en su dignidad por todo el manoseo que ha habido por parte de las expresiones públicas del presidente del Concejo y también por las repercusiones que ha habido en determinados portales”.