La semana pasada se conoció que la fábrica de Bagley, perteneciente a la firma Arcor, comunicó a sus empleados que durante el mes de octubre habrá un párate en la producción de todas sus plantas del país, incluyendo la de nuestra provincia, por lo que tendrán que tomarse vacaciones forzadas. Por el momento, no se conoce cuál será la duración de la medida, aunque se estima que serán dos semanas, del 14 al 28 de octubre.
Esta medida no se va a aplicar solo en la fábrica ubicada en nuestra provincia, sino también en las de Salto (Buenos Aires), Arroyito (Santa Fe) y Totoral (Córdoba). A fines de la semana pasada, los empleados de Salto y Villa Mercedes fueron comunicados de esta medida que genera tanta incertidumbre, ya que es común que después de las vacaciones obligatorias vengan las suspensiones y los despidos.
En Buenos Aires, la secretaria general del Sindicato de Trabajadores de Industria de la Alimentación (STIA), Silvina Scacheri, contó que el pasados jueves, en Salto, “tocó anunciar en asamblea que la fábrica anticipa vacaciones a más de 1300 personas. El mensaje de la empresa fue que cayó el consumo, aumentó la harina y subió el dólar”.
“Miles de compañeros la están pasando de lo peor. Sin trabajo, sin qué darle de comer a sus hijos, sin plata para el alquiler. Otros, en tanto, están solos, otros mendigando. Yo no me conformo con que mi mal sea el mal menor, no. Somos trabajadores y eso es lo que sabemos hacer, que es trabajar. El trabajo dignifica, pero para sentirse digno hay que tener trabajo”, afirmó la dirigente.
En cuanto a la planta de San Luis, la misma cuenta con alrededor de 700 trabajadores, pero en la actualidad sólo quedan 300 operarios en funciones. Miguel Benavente, delegado del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA) en la planta ubicada en la provincia de San Luis, detalló que ya son 5 las líneas que se dieron de baja y que serán otras las que seguirán la misma suerte. El cierre impactó fundamentalmente en la línea de chupetines y chocolates.