Gustavo Bordagorry a la izquierda y Damián Fernández a la derecha.

La semana pasada, La Gaceta dialogó con el psicólogo y músico Damián Fernández, quien en octubre de 2019, con su nuevo disco bajo el brazo, emprendió un ambicioso tour, junto a su amigo y productor Gustavo Bordagorry, desde San Luis hasta Alaska, sin saber que el título de su álbum, “Turista de la Fatalidad”, prácticamente se iba a convertir en una realidad.

Primero, Damián y Gustavo pasaron por Chile, justo cuando se desataron todas las violentas manifestaciones que sacudieron al país vecino. De ahí pasaron a Bolivia, en el exacto momento en que se producía lo que muchos consideran un golpe de estado que termina con la renuncia del ahora expresidente Evo Morales. La siguiente escala fue Brasil, donde quedaron varados en Campinas, una ciudad a pocos kilómetros de São Paulo, debido a la pandemia de coronavirus. “Muchos me han dicho, ´ponele otro nombre al próximo disco’”, bromea Damián.

Los amigos estaban haciendo la ruta interoceánica, desde Río de Janeiro hasta Cuzco, Perú, pero este país cerró su fronteras mucho antes que Brasil. “Ahí nos quedamos varados y pensando alternativas, ¿qué hacer? ¿Dónde ir? La incertidumbre sobre esto es mucha, ¿entonces cuánto tiempo esperábamos? Porque el turismo se había ido a pique y sin turismo no podíamos generar dinero, nosotros viajábamos junto con el turismo. Y el otro problema era la situación sanitaria en Brasil. Hay muchos conflictos a razón de que el presidente no ha tomado medidas sanitarias y otros gobernadores sí. Hubo una puja ahí y la cuarentena en Brasil, al menos hasta donde yo estuve, no era obligatoria. En la casa donde estábamos, de un amigo, la familia iba y venía, entonces estábamos expuestos y ahí decidimos volver”, relató Damián.

Ahí comenzó el diálogo con el consulado argentino en São Paulo, desde donde les indicaron que debían volver por el paso fronterizo de Paso de los Libres, que conecta Brasil con Corrientes. Damián pensó que, como tenían que atravesar distintos estados, llegar hasta Paso de los Libres iba a ser muy difícil, pero la realidad terminó siendo otra.

“En todos los controles, hasta llegar a Río Grande del Sur, no había controles y ningún tipo de restricción. Ya cuando llegamos al último estado de São Paulo ahí sí empezaron a haber controles y nos tomaban la temperatura y nos hacían un relevamiento de los síntomas. En Paso de los Libres había 2 autos para cruzar, pero del otro lado había argentinos que estaban a la espera de que unos micros los lleven a Buenos Aires. Nosotros estábamos en auto, así que llenamos todas las declaraciones juradas que nos pidió Migraciones. Nosotros ya veníamos pidiendo el ingreso a San Luis, pero nos lo denegaban, y en Migraciones nos dijeron que en Corrientes no nos podíamos quedar a hacer la cuarentena. Nosotros habíamos pensado Corrientes como opción porque Gustavo tiene familia ahí y nos habían ofrecido casas desocupadas para hacer la cuarentena, pero al no tener domicilio legal en Corrientes, Migraciones nos dijo que no nos podíamos quedar ahí”, contó Damián, quien luego procedió a contar la odisea que supuso entrar a su provincia natal.

“En Migraciones nos hicieron un permiso de manejo que duraba 24 horas y ahí le metimos pata. Empezamos a pasar a provincias hasta que llegamos el límite de Córdoba – San Luis, el arco de Justo Daract. Y ahí nos encontramos con lo que preveíamos, que no nos iban a dejar pasar. Así que seguimos gestionando los permisos por la web del Gobierno y nos seguían denegándolo, con mails que decían que no era posible otorgar la solicitud. En todos los casos nos respondían lo mismo”, relató Damián, quien estima haber llenado el formulario y escrito alrededor de 10 mails. Por otro lado, el permiso que le dieron desde Migraciones le sirvió para atravesar todas las provincias del país por las que pasaron, menos San Luis.

El músico se intentó comunicar, con la Dirección de Migraciones para tratar de aclarar la situación, pero no tuvo éxito. Y así pasaron dos días, en los que, si bien los policías les daban agua y les cargaban sus celulares, como ellos venían de Brasil solo les permitían bajar del auto para ir al baño.

Damián y Gustavo pudieron ingresar a la provincia luego de que se viralizara un post que realizaron en Facebook denunciando la situación. Al día de hoy, los amigos desconocen el motivo exacto por el cual los dejaron entrar. “Se ve que alguien relacionado con el Comité de Crisis lo leyó, no sabemos bien, pero se comunicaron con nosotros y recién ahí nos autorizaron al otro día”, recordó Fernández, quien al día de hoy, todavía se encuentra cumpliendo su cuarentena obligatoria en las residencias de la ULP junto a su amigo Gustavo.

El viaje hasta la ULP se hizo, como se hacen todos los viajes desde los puestos limítrofes, con escolta policial. Esta es la razón por las cual se registran tantas demoras, inclusive para los que tienen permiso para ingresar a la provincia de San Luis o simplemente atravesarla para ir a otra. A esto hay que sumarle un sistema como si fuera de postas que tiene la policía. “El segundo día llegó un señor y se ve que tenía el permiso. Entonces nos escoltaron a mí y a este señor, que venía en su camioneta, hasta la Universidad de La Punta. La policía iba haciendo como postas. Te llevaba hasta un lado, te dejaba y tenías que esperar a otros policías. Esos te llevaban hasta otro lugar y así. Creo que fueron 3 postas, así que tardamos bastante en llegar a la ULP”, explicó Damián.

El siguiente paso es conseguir provisiones. “Llegás y te aislan. Llenás una declaración jurada donde consta que vas a venir acá, que vas a pasar tanto tiempo, etc. Te comunicás con un pariente, amigo o quien sea, y te traen la comida y ropa. Acá también se ofrecen a hacerte compras. Entonces vos comprás tus víveres y, durante 14 días, todos los días a la mañana te hacen controles médicos y volvés a subir. Y así por 14 días. Si alguien te quiere traer algo, se lo deja a un encargado y te lo dejan en la puerta. Tocan el timbre y se van, como la cigüeña. Vos no ves a nadie”, comentó Damián, asegurando además que ni a él ni a Gustavo les han cobrado su residencia. “Habían otros amigos y conocidos acá aislados, que ya se han ido, y tampoco les han cobrado”, agregó.

¿Cómo era la cuarentena en Brasil?
“La gente se movía libremente. En los últimos días que estuve en Brasil, el presidente ha arengado a la gente a salir, que no se detengan. Sacó incluso unos slogans tipo ‘Brasil no para’. Ha minimizado la problemática en medios y por eso toda la puja que se ha dado entre el presidente y gobernadores. La imagen de Bolsonaro caía todos los días, porque se veía en otros países que la cosa se venía brava, en Brasil seguían aumentando los casos y el presidente seguía minimizando el asunto”, recordó Damián, señalando además que nadie los echó de Brasil, sino que decidieron volver porque se sentían muy expuestos.

Agresión en las redes
“Me han dicho de todo. Si sigo publicando en las redes es para amigos, la gente que ha seguido el viaje, pero por supuesto que lo ve mucha otra gente que no tiene relación y no me conoce. Me han dicho de todo, que voy tener que ir preso, que me van a denunciar, que hay un número para denunciar a los que transgreden la ley. Y no tiene sentido. Para volver al país no tenés que trangredir nada. Hay protocolos, hay decretos”, reflexionó Damián.