Un violento episodio ocurrido el pasado sábado 22 de febrero en Balde de la Isla volvió a poner en evidencia las fallas del sistema judicial y policial en la provincia. Julio Ceferino Bordón, de 46 años, sufrió una brutal golpiza a manos de Roque Lucero, un hombre que se encuentra en libertad condicional tras haber sido condenado a 14 años de prisión por homicidio, aunque solo cumplió ocho. A raíz del ataque, Bordón estuvo días en terapia intensiva, con fractura de cráneo y el riesgo de perder un ojo.

El hecho ocurrió cuando Bordón se dirigía junto a su hijo Junior y otros acompañantes a la Cancha Hípica El Paraíso. En el camino, se detuvieron en el establecimiento educativo del paraje para usar wifi. Fue en ese momento cuando llegó una camioneta Ford Ranger gris de la que descendió Lucero, quien comenzó a golpear salvajemente a Bordón con piedras e inclusive un látigo. Mientras tanto, otros atacantes golpearon a su hijo con rebenques para impedir que auxiliara a su padre. Bordón quedó inconsciente y con graves heridas que lo llevaron a ser sometido a una cirugía de urgencia. Junto con Roque, también fue denunciado Daniel Lucero con las agresiones.

Además de la violencia del ataque y de los antecedentes de Lucero, la familia de Bordón denuncia la inacción de la Justicia. En declaraciones a este medio, el abogado de la víctima, Jorge Sosa, señaló que la causa estuvo “dormida” en la Oficina de Abordaje y que, tras insistentes gestiones de su parte, finalmente se logró que se realizaran allanamientos y la causa avanzara a la fiscalía de gestión. “Es insólito que la policía haya caratulado inicialmente el caso como ‘lesiones leves en riña’, cuando mi cliente tiene fractura de cráneo, posibilidad de perder un ojo y múltiples heridas en el cuerpo”, expresó Sosa.

El operativo policial realizado este miércoles 26 de febrero permitió secuestrar la camioneta utilizada en la agresión, además de un rebenque y una fusta con cabo de madera y cuero vacuno. Sin embargo, hasta el momento, Lucero sigue en libertad.

Este no es el único antecedente violento del agresor. En julio de 2024, Gilda Bordón, hermana de Julio Ceferino, denunció haber sido golpeada brutalmente por Lucero en una fiesta. La dejó inconsciente, con hematomas en el rostro y la boca, además de romperle dos dientes. La denuncia fue radicada en la Comisaría 17 de El Trapiche, pero solo se otorgó una medida de restricción por tres meses y la causa nunca avanzó.

Además, el abogado de Bordón recordó que Lucero también estuvo involucrado en un caso de abigeato, cuando la policía lo encontró transportando carne de animales faenados de manera ilegal en un vehículo. “Esa causa jamás llegó a la Justicia”, sostuvo Sosa. “No sé cuántos delitos tienen que cometer para que estén presos”, agregó, en referencia a la reincidencia de Lucero y la falta de acción judicial.

Sosa también apuntó contra la falta de respuesta del Ministerio de Seguridad y la oficina que reemplaza a la Secretaría de la Mujer. “Cuando les conviene aparecen, cuando no, no”, criticó. Según el abogado, las víctimas de sectores más humildes y de zonas rurales quedan desprotegidas, sin recibir la atención que les corresponde por parte de las autoridades. “Si han hecho estos allanamientos ha sido por solicitud mía y por la buena voluntad de algunos fiscales, no precisamente por la Oficina de Abordaje, que recién empezó a actuar después”, subrayó.

“Lamentablemente, estamos en una Justicia donde tenemos excelentes magistrados, excelentes fiscales y excelentes empleados, pero también otros que nada que ver, que son todo lo contrario. Lamentablemente es así, como también hay personal policial que es excelente. Vengo de un debate oral donde el personal policial y el personal científico trabajó día y noche, pero a la vez tenemos los otros que hacen caso omiso, como es este caso de El Trapiche. Quizá haya buenos policías ahí, ¿pero qué pasa que no actúan en consecuencia, no se dan interés por las víctimas?”, se preguntó el abogado.

Ahora, la causa quedó en manos del fiscal Ricardo Barbeito, quien en los próximos días deberá resolver la situación procesal de Lucero. Sosa expresó su confianza en que esta vez la Justicia actúe con firmeza y ordene la detención inmediata del agresor. “Espero que no le den una de esas famosas prisiones domiciliarias que parecen ser la nueva norma”, concluyó el abogado.