Este lunes comenzó el juicio oral contra Diego Oliveri y Tatiana Yacarini, imputados por distintos delitos vinculados a la difusión no consentida de imágenes íntimas, amenazas, incumplimiento de una orden judicial y lesiones. El proceso se desarrolla en la Sala de Debate Oral N° 1 de la ciudad de San Luis, con el juez Gustavo Ariel Parrillis a cargo del tribunal.

La denunciante, Gabriela Fernández Aberastain, expareja de Oliveri, fue la primera testigo en declarar. Según su testimonio, los hechos se iniciaron el 13 de abril de 2020, con la viralización de un video íntimo que compartió durante su relación con el imputado.

Durante el alegato de apertura, el fiscal Ricardo Barbeito expuso la teoría del caso, a la que tituló “El pecado de ser la ex”. Según sostuvo, los acusados ejecutaron un plan deliberado para difundir el material con contenido sexual con el objetivo de perjudicar a Fernández Aberastain. De acuerdo con el fiscal, el video fue enviado en primera instancia a quien en ese momento era la pareja de la víctima. Luego, Yacarini lo contactó para confirmarle la identidad de la mujer en las imágenes. Esa misma noche, agregó Barbeito, continuaron los mensajes intimidatorios, y Oliveri presuntamente le advirtió a la víctima: “Tatiana te va a arruinar la vida”.

La denuncia derivó en una causa judicial y en una orden de restricción en favor de Fernández Aberastain, la cual, según la Fiscalía, fue incumplida por Yacarini, lo que motivó nuevas imputaciones.

“El daño fue profundo. La víctima no pudo volver a trabajar, ni siquiera de forma virtual, y sufrió un severo deterioro de su salud mental”, explicó Barbeito. También afirmó que los videos llegaron incluso a sus hijos menores, quienes fueron blanco de amenazas, lo que llevó al cambio de escuela y al aislamiento de la familia durante varios meses.

El abogado querellante, Santiago Olivera Aguirre, adhirió a los planteos del Ministerio Público Fiscal.

En su declaración, Fernández Aberastain describió los episodios de violencia física, psicológica y económica sufridos durante y después de la relación con Oliveri. “Me hostigaba, me amenazaba. Me golpeaba hasta dejarme inconsciente. Llegué a tener siete botones antipánico”, dijo. Relató también que fue obligada a entregarle su salario y que dependía emocional y económicamente del acusado.

El fiscal de juicio, Fernando Rodríguez, confirmó que sostendrá la acusación inicial. A Oliveri se le imputan los delitos de distribución indebida de correspondencia, amenazas y lesiones leves calificadas por el vínculo y por mediar violencia de género, en concurso real. La Fiscalía solicitó una pena de tres años de prisión.

A Yacarini se le atribuyen los delitos de distribución indebida de correspondencia, amenazas, lesiones leves e incumplimiento de una orden judicial, también en concurso real. La pena requerida es de tres años y tres meses de prisión.

Por su parte, la defensa de Yacarini, a cargo del abogado Marcos Juárez, planteó que su defendida también fue víctima de violencia por parte de Oliveri, al igual que Fernández Aberastain. Aseguró que durante el debate se aportarán elementos para demostrar esa hipótesis.

En representación de Oliveri, el defensor oficial José Luis Guiñazú cuestionó la solidez de las acusaciones y pidió al tribunal que actúe con “máxima rigurosidad” en el análisis de las pruebas. Citó al jurista Eugenio Zaffaroni: “La justicia no puede ser víctima del escándalo ni esclava del clamor social”.

Oliveri sigue el juicio en forma remota. El debate continuará este martes a las 9:00.