UTEP, UDA y Sadop hacen un exhaustivo repaso del paro, su resolución y la situación actual de los docentes sanluiseños.
A un año de la huelga docente que marcó un antes y un después en los conflictos laborales de la provincia, por la conformación de un FRENTE GREMIAL DOCENTE que logró llevar adelante el diálogo que finalmente, gracias al gran apoyo docente, permitió la solución de la controversia. Estos acontecimientos que sufrió la sociedad sanluiseña y que a nuestro entender no deberían haber ocurrido, quebraron la intransigencia del Gobierno Provincial. Le cabe a este FRENTE, un análisis minucioso de los acontecimientos ocurridos, sus consecuencias en el presente y su proyección futura para la educación y la docencia de la provincia.
Sin lugar a dudas el Ejecutivo Provincial acusó un impacto tan significativo, que terminó cediendo en gran parte a los reclamos salariales docentes, pero en una actitud cuasivengativa, castigó a los trabajadores que habían adherido a la huelga con descuentos absolutamente arbitrarios. Aún hoy seguimos sufriendo los coletazos del accionar injusto de las autoridades, tales como la demora en la firma de los decretos de nombramientos, que hace que el docente se quede, no solo sin cobrar durante casi un año, sino también sin cobertura de la obra social, a pesar que le efectuarán los descuentos de la misma a posteriori, cuando se le liquide. Otra de las penalidades impuestas fue “cajonear” todas las titularizaciones que se estaban tramitando, con todos los requisitos exigidos. Se castiga duramente con los conceptos a aquellos docentes que han tenido ausentismo por enfermedad, esto genera un hecho absolutamente injusto ya que el agente no solo sufre el castigo por su sufrimiento físico sino también por el daño moral y profesional producido por reglamentaciones arbitrarias. No conforme con todo esto, el ejecutivo “despidió elegantemente” al ministro Salino (con quien se había acordado continuar negociando los puntos de un temario, establecido en la primera reunión), “ninguneando” a los gremios, ya que los dejó sin interlocutor válido hasta la llegada del actual Ministro (7 meses después), a quien todavía no hemos podido entrevistar.
La salida del conflicto, planteado el año pasado, se realizó mediante un acuerdo salarial que había sido negado sistemáticamente por el gobierno, pero el Ejecutivo, a su vez, promulgó dos leyes que no fueron consensuadas con este FRENTE GREMIAL y que indudablemente perjudican no solo a la docencia sino a la sociedad en su conjunto. Nadie puede negar que la educación es el mejor instrumento de movilidad social y por lo tanto la sociedad pretende generar inclusión educativa dando las mismas oportunidades a todos los educandos, pero también aspira, por sobre todo, formar personas lo más completas posibles, es decir que tengan una formación integral, que les permita interpretar lo que leen, inferir, hacer abstracciones y también aprender a comunicarse y a pensar. “Nuestro gobernador” para esto implementó la “escuela digital”. No cabe duda que todos necesitamos manejarnos solventemente en el ámbito de la informática o saber cómo navegar en la web, pero no se debe perder de vista que la computadora es una herramienta, y no un fin en sí misma, no puede reemplazar la presencia del docente guiando, corrigiendo y formando minuto a minuto, en una relación singular,…inexplicable, que se establece entre los alumnos y el maestro en la intimidad del aula.
Por otra parte, el Gobierno Provincial entiende que la falta de
capacitación docente y la irresponsabilidad de los trabajadores son las causas más probables de la baja calidad en la educación. Este FRENTE niega absolutamente semejante aseveración y se permite recordar a toda la sociedad, que en el proceso educativo concurren varios factores de diversa naturaleza, los cuales están interrelacionados y deben ser atacados todos simultáneamente. En realidad, es como una mesa de cuatro patas, donde una de las patas es el maestro y el ámbito educativo, otra pata es la gestión de la institución (El Director), la tercera pata son las autoridades públicas (Gobernador, Ministro, Supervisores, etc.), y la última pata es el alumno y su contexto social. Creemos que en este sentido, nuestros gobernantes deberían asegurar que los educandos tengan todo lo que corresponde para poder desarrollar su actividad sin limitaciones. De esta forma las autoridades gubernamentales son responsables, entre otras, de las políticas educativas, lo edilicio, los materiales y los nombramientos docentes,(que últimamente no se consiguen y los cargos quedan desiertos…. Los docentes somos discriminados laboralmente, en la Provincia de San Luis no podemos tener jornada laboral de 8 horas, como lo tienen todos los trabajadores de este país, y los que la tienen por derechos adquiridos no las cobran. Esto conlleva a que los jóvenes no elijan cursar la carrera docente, ergo cada vez hay menos docentes.)
Resumiendo, podemos afirmar que la escuela participa de procesos sociales muy amplios, en vista de los cuales decimos que el problema del fracaso escolar no está restringido al maestro o al alumno que lo vive, sino que es el fracaso de un gobierno que es incapaz de cumplir la promesa de mejorar las condiciones de vida de los integrantes más desprotegidos de la sociedad, estableciendo políticas educativas que tiendan a generar un modelo cultural y un sistema de valores que prioricen tanto la educación como el conocimiento y no falsos discursos que erigen como ejemplos de vida y conducta justamente los modelos opuestos.
Finalmente nos permitimos recordar un pensamiento de Benjamín Barber (Prof. De Ciencias Políticas de la Univ. de Rutgers): “¿Es creíble el discurso de la excelencia en un país que condena a la trastienda a sus maestros, que son los encargados de conservar el futuro común? Si fuéramos serios… en nuestra preocupación por la educación, pagaríamos razonablemente a los maestros, garantizaríamos su perfeccionamiento, equiparíamos los edificios escolares, extenderíamos los días de clase. Si fuéramos serios,… pondríamos el dinero donde ponemos nuestra palabra.”
FRENTE GREMIAL DOCENTE (UDA – SADOP – UTEP)