
Al igual que en el Concejo Deliberante, el oficialismo poggista, en busca de titulares, llevó a la Cámara de Diputados el caso de Ayelén Mazzina, con un insólito proyecto, aprobado por mayoría, donde se la “invitó” a la exministra de Mujeres de la Nación al recinto para que dé explicaciones sobre su rol con respecto a las denuncias por violencia de género de la exprimera dama Fabiola Yáñez.
“Elegía estar defendiendo los intereses de los amigos del poder de ese momento”, dijo Eugenia Gallardo, presidenta de la bancada oficialista, cuando presentó este proyecto, hablando de una “falta de empatía” por parte de Mazzina.
Obviamente, la oposición salió al cruce del poggismo, no solo defendiendo a Mazzina al destacar que “ella misma se presentó a la Justicia a declarar y a presentar toda la documentación”, sino también marcando lo insólito del proyecto oficialista. “El bloque del Poggismo no presentó ningún repudio contra los golpes y agresión que recibió la exprimera dama. Se han concentrado pura y exclusivamente en criticar, o juzgar directamente, a Ayelén Mazzina. No somos quiénes juzgamos”, les dijo Federico Berardo, destacando además como el poggismo nunca definió una postura clara sobre las cuestiones de género.
“Que vengan hoy a querer simular una preocupación por las políticas de género por el solo hecho de tener un rédito político. Se agarraron de gente muerta, gente que la ha pasado muy mal. Nosotros nos hemos equivocado un montón de veces, pero tenemos una postura clara”, continuó.
Por su parte, Silvia Sosa Araujo remarcó las denuncias de violencia contra las mujeres en el mismo seno del Gobierno, como las hechas en torno a los ministerios que están en manos del adolfismo.
A esto, el oficialista Carlos Pereira les respondió: “La causa de las mujeres ha sido usada como una herramienta de marketing político para validarse y legitimarse en otros órdenes de la mala praxis política. Que bueno sería que Mazzina de explicaciones en el ámbito local, donde pudo desarrollar su carrera política”.
“Esa es la casta que hace daño al sistema democrático, esa que quiere hoy convocar a un exfuncionario para que explique lo que por nuestro sistema democrático y republicano lo debe hacer ante un juez”, sentenció Petrino en relación a este proyecto que, de igual manera, el oficialismo logró aprobar por mayoría.
Otro momento más que interesante de la sesión fue cuando la opositora Fernanda Spinuzza logró la habilitación sobre tablas para el tratamiento de su proyecto de prevención y mitigación de la ludopatía digital, una de las iniciativas más interesantes y actuales, que abarca un problema real, que ha sido presentado por nuestros legisladores.
“Las infancias han naturalizado su vida cotidiana en el plano digital y esto genera un montón de situaciones”, comenzó diciendo Spinuzza, quien agregó que “el Estado en su conjunto no está llevando la educación digital, las campañas de protección de datos personales, ni hablar con el cumplimiento de las leyes de protección de datos personales en los entornos digitales”.

La legisladora, que claramente ha estudiado el asunto, explicó como esta problemática comienza desde muy temprana edad. “Las y los chicos de 5, 6, 7 u 8 años, que no apuestan en línea legalmente, si están en plataformas de juegos como Roblox, Freefire, Fortnite y Minecraft, donde la lógica de los videojuegos es la recompensa intermitente, es la gamificación de las partidas, que es cuando hay microtransacciones en las plataformas a cambio de ‘lootboxes’, que son las cajas de premios para obtener ventajas en el juego. Les estamos enseñando a los chicos que poner planta en las plataformas digitales de entretenimiento”, explicó Spinuzza.
A esto le sumó lo que manifestaron funcionarios del Gobierno que concurrieron a una reunión de comisión donde se trató este proyecto. Lejos de ocuparse del tema, los funcionarios dijeron que todavía no tienen casos de ludopatía digital, pero reconocieron que los casos “que las denuncias de los padres de los chicos que padecen un trastorno patológico les llega 4 o 5 años después de iniciado el comportamiento”. “Los chicos somos nosotros, la política ausente de regulaciones que los impulsa a que tengan un comportamiento en internet que puede desembocar en una patología”, añadió.
Para preparar este proyecto, Spinuzza realizó una encuesta con más de mil jóvenes, donde el 40% respondió haber apostado en línea, destacando que “lo reconocen como natural” y señalando la publicidad engañosa como uno de los motivos por los cuales lo hicieron.
La respuesta del oficialismo fue, más que insólita, preocupante. “Desde el Ejecutivo se están ocupando del tema. Queremos sacar la mejor ley para legislar sobre este asunto, es un asunto que nos excede, creo que como diputados con distintas formaciones no tenemos la capacidad técnica para poder, solos, legislar sobre un proyecto tan técnico”, dijo Eugenia Gallardo, olvidándose que, de los más de 4 millones de pesos que cobran por mes, más de la mitad corresponden a un módulo que debería ser destinado, entre otras cosas, a asesores que los ayuden a prepararse para tratar iniciativas como estas.
Con esta terrible alocución, Gallardo pidió el giro a comisión del proyecto, el cual se produjo con 22 votos afirmativos y 15 negativos, dilatando aún más esta iniciativa.