
Un grupo de padres de niños con discapacidad que asisten a la escuela de equinoterapia de San Luis manifestó su preocupación por los constantes cambios de docentes y la falta de comunicación por parte de las autoridades. Paula Catánea, representante del grupo, expresó: “Los profes han puesto toda la garra y lo mejor de ellos, pero desde las personas que están a cargo no se ve lo mismo. No los conocemos, no se dieron nunca a conocer.”
Catánea agregó que los cambios repentinos en los encargados del tratamiento son especialmente difíciles para los niños. “De golpe nos íbamos encontrando con que la persona a cargo del tratamiento no estaba más. Si conocemos algo de discapacidad, sabemos que para nuestros hijos es muy difícil los cambios, y más si son repentinos.” Además, afirmó: “Por lo que sé, a la persona que tenía a cargo mi hijo la echaron de golpe. Nadie ha dado la cara hasta el momento.”
Estos cambios permanentes y otras cuestiones han conducido, según Paula, a un ambiente “dificilísimo”. “Para los chicos nuestros calculo que es peor todavía, porque ellos tienen la parte sensorial mucho más desarrollada que uno. Uno por ahí, estando con toda la locura de lo que es tener hijos con discapacidad, por ahí ni lo ve o no lo notan. Pero en este caso sí se nota y los chicos calculo que lo deben notar mucho más”, comentó.
Por su parte, el secretario de Personas con Discapacidad, Luis Giraudo, negó los rumores sobre el cierre de la escuela. “Se les transmitió a los papás que no se va a cerrar equinoterapia. Esto va a continuar, hay presupuesto para el año que viene”, dijo el funcionario, en declaraciones a Reporte San Luis, donde también expresó que “el grupo de docentes es espectacular” y que le “gustaría que continúen los mismos”.
Por otro lado, Giraudo atribuyó los motivos de los reclamos a conflictos internos entre los profesores. “Hay una ida y trae entre un grupito de docentes y otro, donde dicen que hay acoso laboral y hostigamiento. Eso no debe existir. Para eso me he venido a hablar, a ver de qué se trata”, sostuvo.
Actualmente, la institución atiende a unos 80 chicos y la lista de espera es de más de 100. En este sentido, señaló lo largo que son estos tratamientos. “Sí, va lento y necesitamos más espacio, más lugar. Pero bueno, a la gente le gusta, lo quiere y no es plata malgastada”, manifestó.
“Yo les explicaba a los padres que estoy en toda la provincia, viajo a Arizona, como viajo a Quines o Candelaria. Entonces voy viajando de acuerdo a la demanda que hay de personas con discapacidad. Que me he encontrado con personas con discapacidad que no tienen DNI. Entonces voy a decir, bueno, también hay que priorizar a los pueblos que no tienen nada. Los pueblos no tienen ONG, no tienen alguien que empuje. No tienen este equipo de padres que van pechando, van pechando. Que está bien. Entonces yo tengo que tener la presencia de los pueblos. Pero bueno, voy a tener más presencia acá. Esto lo voy a seguir de cerca. De cerca porque los chicos lo quieren y es el bien para ellos”, finalizó Giraudo.