Indiel volvió a traer su reclamo al centro puntano

Por otro lado, los manifestantes causaron el enojo de más de uno, ya que arrojaban petardos a los pies de la gente que pasaba.

“Queremos manifestarnos de la forma más sana posible, pero nos está apretando la necesidad urgente de empezar a trabajar. Ante un nuevo escrito que ha presentado el síndico, volvemos a manifestarnos porque no puede ser que, cada vez que queremos dar un inicio, se nos ponen trabas en el camino”, dijo Alberto Cuello uno de los integrantes de la comisión coordinadora de Indiel, la cooperativa que surgió de las cenizas de la ex Prestolite.

Sin embargo, el martes, Fabián González, el síndico de la firma, realizó una presentación, solicitando “el remate total de todos los bienes de la fallida empresa”, lo que supone una nueva traba para el arranque de Indiel. “Nos parece un absurdo porque el juez ya nos había dado la continuidad laboral”, comentó Cuello.

Ni lentos ni perezosos, la dirigencia de Indiel presentó ayer un escrito en contra del presentado por el síndico y, además, movilizó a los empleados de la cooperativa, con bombos, banderas y petardos, por el centro de la ciudad para meter presión. Un grupo de ellos se manifestó frente al Palacio de Justicia (ex Casa de Gobierno), mientras que otro lo hizo por Ayacucho, en la entrada del Registro Civil.

“Los tiempos legales no son los mismos que los de las necesidades nuestras”, dijo Cuello, recordando que Prestolite se declaró en quiebra en diciembre del año pasado, mientras que la cooperativa se constituyó en febrero de este.

“Esperamos que no sean tan duros como este, que este sea el último”, dijo Cuello ante la perspectiva de que síndico interponga más trabas, “y que el juez se expida en su totalidad para darnos los beneficios de poder continuar trabajando. Si lo quieren llevar a largo, lo pueden estirar toda una vida”.

Por último, cabe destacar que, alrededor del mediodía, seguramente como resultado de la manifestación, el síndico González mantuvo su primera reunión con la comisión coordinadora de Indiel. La última información que se dio a conocer indica que acordaron volver reunirse, pero que ayer no se solucionó nada.

Más cuidado con los petardos

Párrafo aparte merece la actitud de alguno de los manifestantes, quienes andaban tirando poderosos petardos a diestra y siniestra. Tanto quien escribe como un fotógrafo de otro medio fuimos víctimas de un doble mecha que fue arrojado a nuestros pies; el cual esquivamos de pura casualidad, ya que no lo pudimos advertir inmediatamente porque estábamos tratando de capturar una buena imagen de la manifestación.

No sabemos si fue intencional o no, pero quedó más que claro que si no nos estaban apuntando a nosotros, lo que querían era tirar los fuegos de artificio lo más cercano a los autos que estaban estacionados sobre calle Rivadavia.

Tras el episodio, un par de transeúntes se acercaron a nosotros para comentar que también estaban indignados porque los manifestantes les habían arrojado estos poderosos petardos, que nos dejaron los oídos zumbando por varios minutos, a sus pies.

 

Por otro lado, los manifestantes causaron el enojo de más de uno, ya que arrojaban petardos a los pies de la gente que pasaba.

 

“Queremos manifestarnos de la forma más sana posible, pero nos está apretando la necesidad urgente de empezar a trabajar. Ante un nuevo escrito que ha presentado el síndico,
volvemos a manifestarnos porque no puede ser que, cada vez que queremos dar un inicio, se nos ponen trabas en el camino”, dijo Alberto Cuello uno de los integrantes de la comisión coordinadora de Indiel, la cooperativa que surgió de las cenizas de la ex Prestolite.

 

Sin embargo, el martes, Fabián González, el síndico de la firma, realizó una presentación, solicitando “el remate total de todos los bienes de la fallida empresa”, lo que supone una nueva traba para el arranque de Indiel. “Nos parece un absurdo porque el juez ya nos había dado la continuidad laboral”, comentó Cuello.

 

Ni lentos ni perezosos, la dirigencia de Indiel presentó ayer un escrito en contra del presentado por el síndico y, además, movilizó a los empleados de la cooperativa, con bombos, banderas y petardos, por el centro de la ciudad para meter presión. Un grupo de ellos se manifestó frente al Palacio de Justicia (ex Casa de Gobierno), mientras que otro lo hizo por Ayacucho, en la entrada del Registro Civil.

 

“Los tiempos legales no son los mismos que los de las necesidades nuestras”, dijo Cuello, recordando que Prestolite se declaró en quiebra en diciembre del año pasado, mientras que la cooperativa se constituyó en febrero de este.

 

“Esperamos que no sean tan duros como este, que este sea el último”, dijo Cuello ante la perspectiva de que síndico interponga más trabas, “y que el juez se expida en su totalidad para darnos los beneficios de poder continuar trabajando. Si lo quieren llevar a largo, lo pueden estirar toda una vida”.

 

Por último, cabe destacar que, alrededor del mediodía, seguramente como resultado de la manifestación, el síndico González mantuvo su primera reunión con la comisión coordinadora de Indiel. La última información que se dio a conocer indica que acordaron volver reunirse, pero que ayer no se solucionó nada.

 

Más cuidado con los petardos

 

Párrafo aparte merece la actitud de alguno de los manifestantes, quienes andaban tirando poderosos petardos a diestra y siniestra. Tanto quien escribe como un fotógrafo de otro medio fuimos víctimas de un doble mecha que fue arrojado a nuestros pies; el cual esquivamos de pura casualidad, ya que no lo pudimos advertir inmediatamente porque estábamos tratando de capturar una buena imagen de la manifestación.

 

No sabemos si fue intencional o no, pero quedó más que claro que si no nos estaban apuntando a nosotros, lo que querían era tirar los fuegos de artificio lo más cercano a los autos que estaban estacionados sobre calle Rivadavia.

 

Tras el episodio, un par de transeúntes se acercaron a nosotros para comentar que también estaban
indignados porque los manifestantes les habían arrojado estos poderosos petardos, que nos dejaron los oídos zumbando por varios minutos, a sus pies.

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