Tras 8 horas de debate, y cientos de menciones a Claudio Poggi, Diputados dio media sanción a las cuentas de inversión 2021

Esta tarde, la Cámara de Diputados aprobó por mayoría las cuentas de inversión 2021, tras un debate de más de 8 horas. Como ya informó este medio, las cuentas de inversión arrojaron recursos por 129.166 millones de pesos y gastos por 122.960 millones, lo que da como resultado un superávit de 6.206 millones. Este es un dato de vital importancia, ya que venimos de dos años consecutivos en que las cuentas fueron deficitarias.

La miembro informante del despacho por mayoría fue Anabela Lucero, del Frente Unidad Justicialista, quien destacó una administración “eficiente y equilibrada” y que “no hay deudas con organismos nacionales e internacionales”. “El gobierno no comulga con políticas de especulaciones y neoliberales”, remarcó, además, Lucero.

Sin embargo, desde Unidos por San Luis, el espacio de Claudio Poggi, aseguran que las cuentas de inversión 2021 son deficitarias ya que los recursos por 129.166 millones de pesos incluyen 15.323 millones por la venta de bonos de deuda de la Nación. Lo que el poggismo hace es descontar esos 15.000 millones por la venta de bonos de deuda, y así llega a la conclusión de que los recursos fueron $113.843 millones, lo que para ellos arroja un déficit de $9.117 millones.

En este sentido, Mónica Becerra, de Unidos por San Luis, fue la informante del despacho por minoría y sostuvo que la deuda “es un recurso extraordinario” y que se debería “haber recibido esa cuenta con la discriminación de los recursos extraordinarios y en qué se invirtieron”. Por ende, Becerra afirmó que esta cuenta “nos daría un déficit en la parte ordinaria”.

La alocución de Becerra tuvo algunos datos contundentes, y también una que otra exageración. Por el lado de los datos contundentes podemos mencionar que, en materia de viviendas, ingresaron fondos del FONAVI por 1.784 millones, a los que se suma un recupero de cuotas por 127 millones, pero solo se ejecutaron 295 millones y se construyeron 51 casas.

La legisladora poggista también señaló que el Ministerio de Producción tiene un presupuesto de 935 millones, pero destinó el 61% al pago de sueldos, lo que significa que solo 357 millones se destinaron para “reactivación de la producción en la provincia”. “El sector privado está dejando todo para poder salir adelante”, agregó la diputada.

Becerra también detalló algunos gastos que calificó como “superfluos”, como 250 millones de presupuesto para La Pedrera, 124 millones para la todavía no inaugurada réplica del Teatro Club Social y 342 millones en eventos culturales.

Por el lado de las exageraciones, podemos señalar el momento en que Becerra destacó que en Educación se invirtió más de lo que estipula la Constitución. “¿Pero podemos decir que se gastó eficientemente?”, dijo la diputada, quien luego agregó que San Luis está “entre las 3 peores provincias en los resultados de las pruebas Aprender”. Este dato no es cierto, ya que San Luis quedó en 10mo lugar en las pruebas Aprender 2021.

“Está atomizada la ineficiencia en la gestión del Estado. Los recursos extraordinarios sirvieron para solventar y cubrir los gastos ordinarios. No se ha mejorado la calidad de vida de los sanluiseños. Si tienen superávit, ¿cuándo van a gastar esos fondos? Gobiernen sin especular”, concluyó Becerra.

Inmediatamente tomó la palabra la presidenta de Unidad Justicialista, Gloria Petrino, quien criticó que desde la oposición no hayan participado del Consejo Económico Social y argumentó que los fondos de la deuda se utilizaron para el Plan de Reactivación Económica y “atender la necesidad de la crisis”. “Los bonos de deuda deben ingresar como recursos, ¿quieren que los pongamos al margen? Como posiblemente hayan hecho alguna vez, de dejar algún margen”, dijo Petrino, quien en múltiples oportunidades trató de mentirosos a los legisladores de la oposición.

“Lo que vemos es una ausencia, una negativa, una indiferencia, una oposición frente a San Luis y todo lo que significa San Luis. Nunca les interesó la necesidad de la gente. Lo vimos con no acompañar la Ley Impositiva. Lo que se pretende es un Estado debilitado”, dijo Petrino, quien además señaló las críticas de la oposición a que muchas obras hayan sido financiadas por Nación. “Les molesta el federalismo y la distribución y la equidad. Esa es la única explicación a la crítica de la obra pública que ha hecho la oposición”, añadió Petrino.

Luego vino el turno de Gastón Hissa, de Unidos por San Luis, quien aseguró que el Gobierno tiene 500 funcionarios de más. “Si esos 500 funcionarios dejaran de estar, le representan un ahorro de 3.000 millones de pesos anuales al Gobierno. Ahí está la mala administración y el desmanejo financiero”, dijo el diputado. “¿Pueden jactarse de una cuenta que tiene superávit cuando tenemos el 50% de gente pobre en San Luis, que se muere de hambre en los barrios y tenemos indigencia del 6%? Es algo nunca visto en San Luis”, agregó el opositor.

Una de las mejores alocuciones fue la del radical Luis Lucero Guillet, evitando en gran medida, aunque no totalmente, los comentarios políticos y centrándose en datos concretos, destacando subejecuciones y obras que estaban presupuestadas, pero no se hicieron. Sobre estas últimas, Lucero Guillet destacó la puesta en valor del Palacio de los Deportes de Villa Mercedes, una obra deportiva en San Martín, el centro cultural para Concarán, la refacción de edificios municipales y obras de gas para Carpintería, Cortaderas, Papagayos, Los Molles, Villa Marca y Tilisarao.

El radical también señaló obras de viviendas que no se hicieron en Mercedes, La Toma, El Trapiche, Concarán, Naschel, Buena Esperanza, Tilisarao, San Pablo, Las Chacras, Potrerillo, Cortaderas y Papagayos. “Todas con presupuesto, pero no se hizo ninguna obra”, remarcó.

El diputado también se refirió a los “servicios no personales”, más conocidos como “gastos reservados”, pero no criticó el monto, 267 millones, sino el aumento que hubo con respecto a los 95 millones que se habían presupuestado. “¿Por qué no pusieron estos números en el presupuesto? ¿Por qué no pusieron los 267 millones de gastos reservados en el presupuesto y pusieron 95? ¿Por qué no pusieron 456.895.000 de bienes de uso y pusieron 5.500.000? ¿Esto es transparencia?”, dijo el legislador.

Ahora que ha vuelto a ser opositora, Verónica Causi, de Sanluiseños por el Cambio, usó parte de su discurso para referirse al informe de la ONG CIPPEC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento), la cual volvió a darle la calificación más baja a San Luis en materia de transparencia presupuestaria.

“Cruzar datos de presupuesto con las cuentas de inversión es muy complicado. Y este pedido se viene realizando hace más de 10 años desde nuestro bloque y distintos bloques. Si a esto se le suma el movimiento de partidas, que se realiza a discreción y sin saber hacia dónde, y encima no se dice qué porcentaje de la obra está ejecutado, es imposible un control”, dijo Causi.

Esto fue retomado por algunos legisladores de Unidos por San Luis, quienes también se refirieron al informe de CIPPEC, pero fue rebatido por el oficialista Federico Berardo, quien les recordó que, cuando Poggi era gobernador, esta misma ONG puso a San Luis en el puesto número 20.

Eventualmente, como siempre pasa, el debate se fue por las ramas y se convirtió en un intercambio de slogans políticos y agravios, donde, cada dos por tres, un sector le decía al otro que no tenía “autoridad moral” para hablar sobre tal o cual tema. El mejor ejemplo de todo esto fueron los discursos sobre política habitacional. En más de una ocasión, legisladores de la oposición criticaron que no han hecho muchas viviendas en las gestiones de Alberto Rodríguez Saá. El contraataque del oficialismo era que ellos no tenían “autoridad moral” para hablar de viviendas por la maniobra de campaña que Poggi realizó en 2019, cuando realizó una “preinscripción para viviendas”. La respuesta del poggismo, obviamente, fue que ellos sí tienen “autoridad moral” para hablar sobre el tema debido a las miles de viviendas que Poggi realizó durante su gobernación. A lo que algunos oficialistas respondieron que hubo muchas viviendas que fueron entregadas en muy mal estado.

También hubo larguísimas peleas con respecto a gracias a quien se cobró la deuda de la Nación, ya que los juicios comenzaron durante las primeras gobernaciones de Alberto Rodríguez Saá, fueron ganados durante la gestión de Claudio Poggi y cobrados el año pasado.

En otras ocasiones, hubo golpes de mesa, cuchicheos, gritos y comentarios de “que vengan y me lo digan en la cara”, especialmente después del ultranegativo discurso del poggista Federico Trombotto. “No hay turismo, no hay trabajo, no hay esperanza, no hay rutas, no hay nuevos acueductos. Todo verso. No hay nuevos diques”, dijo el ex ministro poggista.

El radical Luis Lucero Guillet trató de volver a centrar el debate en el análisis de las obras que estaban presupuestadas y que se realizaron o no. “Si estas cuentas fueran transparentes, y lo fuera el presupuesto, nosotros no estaríamos debatiendo como estamos debatiendo, sino que estaríamos conversando y explicándonos qué pasó con esta cuenta, a dónde fue el dinero”, dijo el legislador, quien volvió a remarcar que “en obras no realizadas tenemos casi 4.700 millones”.

La respuesta llegó horas después, de la mano de Lucero y Petrino, quienes explicaron que hay obras cuyas licitaciones quedaron desiertas y otras que ya están en ejecución, pero que todavía no se ha emitido el primer certificado de inspección, por lo que todavía no se ha realizado ningún pago. A esto, Lucero Guillet respondió que toda esa información debería estar consignada en el detalle la cuenta de inversión, ya que es muy común que muchas obras sean incluidas en múltiples presupuestos y nunca se terminen realizando.

Desgraciadamente, luego de estas intervenciones específicas sobre las cuentas de inversión, el debate volvió a virar hacía las chicanas políticas, con cuestiones importantísimas como si Alberto Rodríguez Saá era o no el maestro de Claudio Poggi; o si Claudio Poggi fue un buen alumno de Alberto Rodríguez Saá; o si Claudio Poggi puede, o no, ir a utilizar un pizarrón de la Cámara de Diputados para dar clases a los miembros de su bloque. La cantidad de veces que Poggi fue mencionado, tanto por el oficialismo como la oposición, fue verdaderamente inconmensurable, al punto de que por momentos era difícil recordar cuál era el tema que se estaba tratando.

Finalmente, después de un larguísimo debate, el despacho por mayoría fue sometido a votación y con 25 votos afirmativos contra 13 negativos, más una abstención de Berta Arenas, las cuentas de inversión 2021 obtuvieron la media sanción de la Cámara de Diputados.

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