Una comitiva de ministros del Gobierno visitó La Toma para dar solución a los reclamos.
Una comitiva de ministros del Gobierno visitó La Toma para dar respuesta a problemas referidos a viviendas del Plan Solidaridad que se entregaron en el pasado diciembre. Falencias constructivas, terminaciones inapropiadas, importantes deterioros y otros inconvenientes son los que las 20 familias que fueron adjudicadas
Los ministros de Desarrollo Social, Alida García Peanú, y de Obras Públicas e Infraestructura, Felipe Tomasevich, junto a funcionarios de sus respectivos gabinetes y de la Secretaría de la Mujer #Ni Una Menos, conformaron la comitiva que visitó el barrio conocido como del ex Matadero, construido a través del Plan Solidaridad.
María del Carmen Arias, quien vive con sus ocho hijos y hoy por hoy depende económicamente de la pensión de mamá: “No tengo agua, se me llueve la casa y me faltan instalaciones en el baño. Con mis recursos pude hacer el revoque fino en el comedor y un contrapiso porque tenía un alto importante en la puerta, pero no me alcanzó para más”.
“El gobernador Alberto Rodríguez Saá nos ha enviado no sólo a ver, sino a solucionar el problema, por lo que ahora inspeccionaremos todas las viviendas para atender cada inconveniente”, manifestó tras escuchar el reclamo el ministro Tomasevich.
Al finalizar el recorrido, el titular de Obras Públicas destacó que “el panorama es atípico y desagradable en este grupo de viviendas que no fueron finalizadas, ya que faltan conexiones a las redes de agua y cloacas, hay mucha humedad, los detalles de terminación son malos y generan un deterioro importante, además de presentar problemas estructurales”.
El funcionario señaló que profesionales de su cartera realizaron un relevamiento y pidieron ayer para conectar las viviendas a los servicios de agua y cloacas, servicios básicos que debe tener una casa. Luego se atenderán cuestiones referentes al estado de los techos y las aberturas, como también a la humedad.
“El gobernador nos ha pedido que trabajemos para solucionarles rápido el problema a estas familias”, concluyó Tomasevich.
Para la ministra García Peanú, el estado de las unidades “hacen que sea imposible habitarlas, de hecho de las 20 familias sólo 9 las ocupan porque tenían miedo de que se las retiraran. Casi todos los testimonios apuntan a que el interior se les llueve y temen que se les vuele el techo. Además, nos explicaron que apenas se hizo la entrega de la casa, en diciembre, presentaron sus reclamos, pero no fueron escuchados”.
La funcionaria provincial acotó que el Gobernador ordenó “atender la parte social de estas familias, para lo cual hemos venido con dos asistentes que realizan las entrevistas correspondientes, a los fines de elaborar un informe social y económico. Este grupo de casas se distingue porque viven madres solas, por lo que el relevamiento incluye determinar la cantidad de niños, el cuadro de salud, si todos están escolarizados, también corroborar si hay alguna persona con discapacidad. De acuerdo a la situación de vulnerabilidad social resolveremos las acciones a implementar para mejorarles la calidad de vida”.
Nazarena Garro, que habita una de las viviendas del barrio del ex Matadero, explicó que “el problema de mi casa es que cuando llueve entra agua a la pieza de mi hijo, además de que no tenemos agua potable. Además no tengo revoque fino”.
Otra de las vecinas que aún no se ha mudado es Carolina Albornoz: “Todavía sigo pagando alquiler porque no he podido mudarme, ya que la casa no está en condiciones, además faltas elementos y, como si fuera poco, me robaron las griferías y otras cosas. Tengo tres hijos y mi único ingreso es la asignación universal por hijo; con $2.000 no puedo arreglar la casa”.
Estos testimonios
sirven para graficar algunos problemas puntuales y son sólo una muestra de los innumerables inconvenientes que están soportando la mayoría de los vecinos del barrio.