Tales errores pueden ocasionar daños en la visión. La automedicación, el mal uso de los anteojos, y la demora en la consulta al oftalmólogo son algunas de las causas más comunes por las que se puede dañar la visión.
La conjuntivitis es el término más utilizado para describir la inflamación de la conjuntiva, es decir, la membrana que cubre la parte interior de los párpados y la parte blanca del ojo. Puede ser causada por un virus (por ejemplo el adenovirus), una infección bacteriana, alergias o irritantes del medio ambiente.
Suele ser una enfermedad subestimada por muchos que desconocen las complicaciones que puede acarrear, de no recurrir a un especialista. Hay quienes comparten la medicación, lo cual no es bueno porque favorece los contagios.
Una de las consecuencias más graves es una queratitis, por la que no sólo se afecta a la conjuntiva sino también a la córnea; otra de las complicaciones es la formación de membranas en la conjuntiva que impiden o retrasan la curación y el acceso de medicación a la conjuntiva y que pueden dejar cicatrices conjuntivales y ojo seco como efecto secundario.
La conjuntivitis puede durar varias semanas, y puede estar asociada a un síndrome gripal faringitis y/o otitis. El tratamiento está destinado a aliviar los síntomas y prevenir las complicaciones hasta lograr la curación del cuadro.
Síntomas de la conjuntivitis viral:
•Inflamación del ojo
•Incremento de lagrimeo
•Irritación del ojo
•Sensación de cuerpo extraño
•Picazón
•Secreción mucosa
•Formación de costra en las pestañas por la mañana
Un anteojo no es pullover
Algunas personas tienen la mala costumbre de comprar anteojos en farmacias, quioscos o puestos callejeros. En general, dichas personas desconocen cuál es la graduación que necesitan; prueban varios lentes y si alguno les queda bien, lo compran. Además, tampoco conocen la patología de base que les está causando dificultades para ver.
A partir de los 40 años el cristalino del ojo comienza a volverse más rígido, y actividades como leer o ver a corta distancia se dificultan, ya que la lente no puede cambiar de forma tan fácilmente como antes. A esta condición se la denomina presbicia, y el paciente debería recurrir al oftalmólogo en cuanto comienzan los síntomas para evaluar la situación y definir la conducta adecuada a seguir en cada caso. En la consulta, el especialista puede detectar si se trata sólo de presbicia o si hay alguna patología asociada como: presión ocular, miopía, hipermetropía o astigmatismo. Además, de tratarse sólo de presbicia el médico es el indicado para recetar anteojos con la graduación correcta para cada ojo, ya que pueden no coincidir.
Síntomas
-Fatiga visual
-Dolor de cabeza
-Alejar los materiales de lectura para poder enfocar correctamente
-Sueño
Consulta temprana en los niños para no llegar tarde
Cuando un chico presenta una patología en ambos ojos, los padres o las maestras suelen advertirlo porque disminuye su rendimiento escolar, tiene problemas de concentración o fuertes dolores de cabeza. Sin embargo, cuando el inconveniente se presenta sólo en un ojo es más probable detectarlo en una visita oftalmológica de rutina.
La ambliopía es una de las causas más comunes del impedimento visual en la niñez. Afecta a 3 de cada 100 chicos y debe tratarse a tiempo (antes de los 7 años) para evitar que el niño crezca con alguna deficiencia visual.
Esta patología puede surgir por cualquier condición que afecte al desarrollo normal de la visión. El estrabismo, la anisometropía particularmente cuando se trata de un ojo normal y otro hipermétrope, las cataratas, las opacidades
corneales, entre otras son algunas de las causas subyacentes.
Cuando un niño padece ambliopía, su cerebro selecciona las imágenes provenientes del ojo sano, despreciando las del otro. De esta forma, anula la visión del ojo débil.
Uno de los grandes inconvenientes de la ambliopía es que no da síntomas o el chico lo detecta cuando es un poco más grande y se dificulta el tratamiento.
Cuándo realizar los controles
Los chicos a diferencia de los adultos no manifiestan claramente qué les sucede porque, en la mayoría de los casos, lo desconocen o creen que su visión es normal. De allí la importancia de que visite al oftalmólogo durante los primeros meses de vida y a los 5 años, y luego, visitas intermedias según el criterio del profesional.
Cuanto más temprano se comience el tratamiento, mayor efectividad tendrá en la recuperación de la visión. Cuidar los ojos es sumamente importante, ya que la visión es una bendición.