El día de ayer, La Gaceta dialogó con una de las docentes que viralizó un mensaje de WhatsApp donde se dan a conocer malos tratos e irregularidades a la hora de pagar los salarios en el centro terapéutico Sawá, el cual está ubicado en Juana Koslay y dedicado a la atención de chicos con capacidades diferentes.

La docente, que desea permanecer en calidad de anonimato debido a la inestabilidad laboral que se vive en el lugar, contó que las irregularidades en los pagos comenzaron el año pasado, pero que finalmente todos los meses se pagaban los sueldos enteros. Esto empeoró en febrero de este año, donde el pago de los haberes se completó en múltiples cuotas, incluyendo una canasta alimentaria; culminando en marzo y abril con el no pago de los salarios.

Como si eso fuera poco, a los docentes se les solicita una serie de actividades para los que no fueron contratados, como por ejemplo participar de las ferias de fines de semana y viajar en el transporte que pasa a buscar a los alumnos por sus domicilios. Esto último implica que los docentes comienzan sus actividades alrededor de las 6.30 de la mañana cada día, y no a las 8, como consta en su contrato de trabajo.

“Había una amenaza de la dueña, Karina Gutiérrez, que nos dice que por más que no recibiéramos el pago, nosotros teníamos que cumplir con este trabajo y que sino era una causa para podernos echar”, contó la docente, señalando que cada jornada termina alrededor de las 5 de la tarde, ya que luego tenían que ir en el transporte cuando llevaban a los chicos a sus domicilios.

El no pago de los haberes fue algo que la dueña, Karina Gutiérrez, reconoció en entrevistas que dio el día de ayer a distintos medios, atribuyéndolo a la falta de pago por parte de las obras sociales de los alumnos. Este motivo fue desmentido por la docente entrevistada por La Gaceta. “Averiguamos por las obras sociales y nos dijeron que no, que no era verdad, y que estaban pagando al día”, aseguró la docente.

El comunicado de los docentes del Sawá también hace referencia a que desde agosto 2018 no se están pagando las cargas sociales de cada trabajador. Esto también fue reconocido por Gutiérrez, quien además de mencionar el no pago por parte de las distintas obras sociales, también argumentó que los subsidios provenientes de instituciones nacionales como la Agencia Nacional de Discapacidad sufrieron enormes retrasos el año pasado. Obviamente, la enorme suba de servicios como la luz y el gas, a lo que hay que sumarle el costo de la nafta, también hicieron mella en la economía del Sawá.

Otro punto que destaca el comunicado y que resaltó la docente entrevistada por este medio es la superpoblación de alumnos que había por sala. “Vino el Ministerio de Salud, inspeccionó e hizo un relevamiento y se encontró con que había una superpoblación en las salas, ya que había entre 10 y 12 chicos”, contó la docente, explicando que la normativa indica que debe haber un metro cuadrado por persona y que las salas, que son dormitorios de casas de barrio, tienen una capacidad menor.

“No se podía estar, no se podía ni siquiera pasar. Se trabajaba mal. El bienestar no estaba. Entonces empecé a moverme, porque los chicos no pueden estar en estas condiciones, y lo hago también por mis compañeros y por mi más que nada, para hacer valer nuestros derechos. Estábamos con miedo a que nos echen, pero no estábamos viendo algo, que estábamos trabajando gratis”, contó la docente. “Fuimos al sindicato que nos representa, pero nos dio vuelta la cara. Recibió nuestras quejas, dijeron que iban a hacer una carta y mandarla a Relaciones Laborales. Se hizo todo eso, pero jamás el sindicato o Relaciones Laborales cayó a Sawá”, agregó.

La docente también sostuvo que Gutiérrez mintió durante una reunión que mantuvo con los padres de los alumnos de la institución, donde nuevamente habría usado como justificativo el no pago por parte de las obras sociales. A raíz de esto, los docentes organizaron para el día de ayer su propia reunión con los tutores. Al ver que los padres se hicieron presentes en la institución, la dueña decidió participar de la misma. Durante la reunión, Gutiérrez también habría denunciado que sufre persecución política luego de una visita de campaña del senador nacional Claudio Poggi.

“Se agarró de eso como algo político para cubrirse, de que ella no tiene la culpa, metiendo la política en el medio, como para poner otra máscara encima. Los padres estaban muy enojados. Hubo insultos y algunos le dijeron a Karina que había usado a sus hijos y exigían que le pagaran a los profesores porque son buenos profesionales”, contó la docente, en relación a la reunión de ayer al mediodía.

Además, muchos padres contaron que consultaron con sus respectivas obras sociales, las cuales les aseguraron estar al día con los pagos. “Fuimos a las obras sociales de nuestros hijos y nos dieron los papeles y está todo al día. No nos podés estar diciendo que las obras sociales no te están pagando”, fueron las palabras de los padres, según relató la mujer entrevistada por La Gaceta. La docente contó que muchos padres también acusaron a Gutiérrez de “haber tirado abajo” lo construido por el plantel de Sawá y le aseguraron que no llevarán a sus hijos al nuevo centro que aparentemente quiere abrir, el cual llevaría el nombre de “Gushú”.

“Ella está haciendo entrevistas a profesionales nuevos para el otro centro. Ella le transmitió a los padres que Sawá no iba a existir a más y que se iban a ir todos para el nuevo centro”, continuó la docente entrevistada por este medio.

“Hoy lloramos de bronca hoy en la reunión por las cosas que ha hecho y los padres decían, ‘¿y ahora qué hacemos? ¿Dónde llevamos los chicos? ¿Dónde los ubicamos a esta altura del año?’”, finalizó la docente, recordando la angustiante reunión de ayer por la mañana.

Lo dicho por la docente fue confirmado a este medio por Delia Lucero, mamá de un alumno del Sawá. Ella contó la desesperante situación que contaron los docentes del centro terapéutico, muchos de los cuales manifestaron durante la reunión que iban a renunciar, lo que llenó de preocupación a los padres, ya que no habrá quien atienda a sus hijos. Lucero además contó que la ex directora del Sawá, que también renunció recientemente, confirmó que había entrado el pago de Dosep, por un monto cercano a los $300.000. No solo eso, sino que confirmó que durante la reunión anterior, Gutiérrez le dijo a los padres que no se preocupen, porque ella próximamente iba a habilitar un nuevo centro terapéutico en el centro de la ciudad.

Otro testimonio que se conoció fue el de Marcos Arrieta, hermano de una alumna del Sawá, quien a través de Facebook desmintió a Gutiérrez, asegurando que a todos los padres y tutores las obras sociales les confirmaron estar al día con los pagos a la institución.