Este miércoles por la mañana, familiares y amigos de Diego Becerra se manifestaron frente al Poder Judicial, pidiendo que se ponga fecha para el juicio oral por el doble homicidio de Simón Pérez y Paulo Muñoz, ocurrido en el año 2015, en el paraje Cerros Negros. Becerra fue detenido en noviembre de 2019 y lleva un año y medio en preventiva. Su familia quiere que se ponga fecha para el juicio oral porque están absolutamente seguros de que Diego es inocente, y apuntan a las insólitas pruebas que hay en la causa.
En este contexto, La Gaceta Digital pudo acceder a las pruebas que obran en la causa, y que fueron proporcionadas por el abogado de la familia Becerra, Enrique Ponce. Una de ellas es una rastra gaucha que fue secuestrada cuando se allanó el domicilio de los padres del acusado. Esta rastra, que puede ver en la imagen que acompaña esta nota, tiene grabadas una letra B y una D, aunque cabe aclarar que la D parece una C porque el artesano que confeccionó la rastra la grabó al revés. La B es, obviamente, por Becerra, y la D por Daniel, hermano de Diego, a quien pertenece la rastra.
Más allá de la confusión que puede generar la D, la B está clarísima, pero no para la perito caligráfica que la analizó. Según consta en el expediente de la causa, en esta B se puede observar “una forma lineal más uniforme, que difiere con el resto del trazado y la cual conformaría en forma ilusoria la letra ‘P’”. En pocas palabras, la perito da a entender que una P fue convertida en una B, pero, lo que es aún más insólito, después “deja constancia” que no es posible “establecer con certeza una maniobra de adulteración”.
A su vez, la defensa sumó el testimonio del “pilchero Herrera”, quien declaró ante la Justicia recordar haberle vendido la rastra a Daniel Becerra.
Otra prueba de la causa es un perfil genético obtenido de un cinturón marrón que fue encontrado en la escena del crimen. Según consta en las conclusiones del informe del Laboratorio de Genética Forense provincial, este perfil genético es una “mezcla de al menos dos individuos de sexo masculino”, y “difiere del obtenido del hisopado bucal de Becerra, Diego Martín”.
Entonces, ¿por qué está preso? “Lo nombra alguien. El expediente está todo basado en dichos. Una persona le dijo a otra que parecía que mi hermano había sido el culpable. Hay supuestamente una grabación, un chip, donde lo nombran a mi hermano, y dicen que lo van a llevar a él para asaltar a esta persona, pero ese chip nunca apareció. El abogado ya lo pidió, se buscó y nunca apareció. Está todo basado en que le dijeron, que le parece”, respondió Cecilia Becerra, hermana de Diego, durante la manifestación de ayer. Cecilia también destacó que, cuando ocurrió el hecho, su hermano estaba a más de 200 kilómetros de distancia, y que hay testigos que lo han corroborado.
“Estamos todos sufriendo por la situación. Somos una familia de campo, somos humildes, y hemos tenido que sacar plata, pedir prestado y hacer de todo para cubrir los gastos, los abogados, llevarle cosas a él a la cárcel y venir a la ciudad. Mi hermano tiene 3 hijos chicos que están sufriendo mucho. Una nena chiquita de 4 años que bajó de peso, ha sufrido mucho porque de un día para el otro su papá no está. El otro hijo es adolescente, va a la escuela y tiene que sufrir las burlas o que le digan, ‘tu papá es un asesino’. Ha hecho mucho daño y la jueza no quiere aclararlo”, concluyó Cecilia, pidiendo enardecidamente que la juez Patricia Besso fije fecha para el juicio oral.